jueves, 17 de abril de 2014

Non mea voluntas, sed tua fiat

Se apartó de ellos como un tiro de piedra, y puesto de rodillas oraba diciendo: «Padre, si quieres, aparta de mí este copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya.» Entonces se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba. Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.

Créditos:
En el título, transcripción de la segunda mitad del versículo 42 del capítulo 22 del Evangelium secundum Lucam, tomada de la Biblia Vulgata, en edición de Colunga-Turrado, publicada por Biblioteca de Autores Cristianos (duodécima edición, de 2005), de la biblioteca del autor.
Transcripción del Evangelio según San Lucas (22, 41-44), tomada de la Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada, editada en 1998 por Desclée De Brouwer, de la biblioteca del autor.
Fotografía de la Oración del huerto, óleo sobre tabla de Felipe Pablo de San Leocadio, de la primera mitad del siglo XVI, en el Museo de Bellas Artes San Pío V, en Valencia, en mayo de 2013, del autor.

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