jueves, 19 de mayo de 2011

Sangre, sudor…

Después de que en varias ocasiones no pudiera hacerlo, bien por haber superado, sin notarlo especialmente, un poco de fiebre junto con algo así como un constipado (cosa que averigüé al notar ligeramente alterada la zona derecha del labio superior, bajo la fosa nasal correspondiente), bien por haber recurrido a una aspirina poco antes para superar un molesto dolor de cabeza; después de varias oportunidades perdidas, esta mañana, por fin, he podido donar sangre en la donación organizada en mi centro de trabajo.

Podría repetir y animar en línea con lo que publiqué aquí va para dos años y medio ya. Pero me han dicho que no debo hacer esfuerzos durante al menos doce horas.

Por tanto, tampoco puedo pensar.

Pero en breve vence el plazo. O sea, que llegarán las lágrimas.

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