“No, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que estafar, que ser ladrona o asesina, a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar…” . . . . “… sed”.
Y unos veinte años después (ayer se cumplió el centésimo-vigésimo-quinto aniversario), cerca de Tara, en Atlanta…
No hay comentarios:
Publicar un comentario