domingo, 17 de junio de 2012

No fueron cuentos chinos


En 1963 se produjo la película 55 días en Pekín, la cual se rodó en los estudios que Samuel Bronston había construido en 1959 en Las Rozas, cerca de Madrid. La tradicional tontería española atribuyó (y sigue haciéndolo) a este hecho el que al principio de la película se viera la bandera de España (con el escudo de 1900, claro) mientras sonaba La Marcha Real.

Y es que no se trataba de un detalle de cortesía, sino de una realidad histórica.

En 1900 ya hacía tiempo que España tenía representación diplomática ante la Corte Imperial en Pekín. Y ahí estaba cuando el levantamiento de los bóxers llegó a Pekín.

On 16 or 17 June 1900, the Emperor and the Empress Dowager held a mass audience for high officials to hear their opinions of whether the strategy towards the Boxers should be to pacify them or to suppress them.

El caso es que, finalmente, el día 20 fue asaltada la embajada de Alemania, la cual, debido a haberse construido más recientemente, se encontraba alejada de la zona ‘controlada’ vecina al Palacio Imperial. Ese día, pues, fue el primero de los 55 que se narran en la película.

La delegación española no estaba dentro del recinto amurallado donde se situaba la mayoría de las embajadas, aunque sí cercano al mismo, por lo que cuando comenzaron los primeros incidentes, el día 13, los miembros de la delegación se pusieron a salvo en él.

La bandera española de la película no se debe sólo a esta presencia, sino que reconoce el hecho de que el embajador español fuera el decano de la representación extranjera ante la Corte Imperial; se llamaba Bernardo Cólogan y Cólogan.


Y aunque no hubiera participación militar española en la resolución del asedio, estuvo quien estuvo. Lo triste es que, como siempre, tengamos que enterarnos por gente de fuera. Y encima, ni nos lo creamos.

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