Lo que tiene buscar un libro es que te
encuentras con otros, que se habían ocultado, escondido, para dar la sorpresa
en el momento menos pensado; bueno, uno, directamente da sustos.
Y de estos dos, uno aún no sé, pero éste
otro,… ¡ay, éste otro!
Créditos:
Portadas de los libros en cuestión.
"La fórmula de Dios". Léelo pronto, porfi, y háblame de él.
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