martes, 26 de junio de 2012

Los polvos de la tiza…

Los maestros y profesores seguirán contando historias, abriendo ventanas y representando mundos y épocas. Harán soñar e imaginar, mostrarán las cosas como son y como podrían ser, darán testimonio a unos alumnos que seguirán identificándose con ellos.
Ejercer la docencia seguirá siendo algo duro y maravilloso. En ella seguirán cabiendo la felicidad y el sufrimiento, el bullicio y el silencio, los logros y la impotencia. Enseñar seguirá siendo una actividad abierta, descubridora de nuestras capacidades, llena de esperanza, y nos seguirá obligando a construir nuestro ser, a tomar decisiones, a hacerlo mejor, a volver a empezar.
(…)
Pertenecer a este gremio es uno de los mayores honores que he tenido en la vida.

Créditos:
Portada y parte final del epílogo de la autora, tomadas de Memorias de la pizarra, de Carmen Guaita Fernández, publicado por San Pablo, en 2012.

2 comentarios:

  1. "Memorias"...

    Hummmmmmm...

    Esta señora ya está jubilada, ¿no?

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  2. No, aún le falta (muy poco menos que a mí, por cierto).
    Los veteranos de la pizarra son las nueve personas que cuentan sus experiencias. Ya contaré.

    Un saludo, seño.

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