En su momento clamé ante
la falta de espacio para poder colocar adecuadamente los libros que adquirí en
Londres, aunque varios de ellos me mostraron lugares que podían cumplir tal
propósito.
Sin embargo, en el mismo
viaje pudimos ver un par de sitios que parecían ofrecer acomodo, aunque es
cierto que no preguntamos.
Uno es el Hotel Savoy,
directamente en su vestíbulo de entrada.
El otro no tiene nada que ver: se trata de un ‘sandwich bar’ con comida para llevar, de idiosincrasia libanés-mediterránea, en Earl’s Court Road.
Y el caso es que no tenía
por qué irme tan lejos, pues esta pasada semana la persiana recién decorada me
ha recordado que también dispone de biblioteca una peluquería cercana a casa.
(Y encima, mientras
preparaba esta anotación, S.Cid ha publicado otra haciendo referencia a una
curiosa iniciativa artística y de planteamiento sobre ‘mini-bibliotecas’, de la que nos informó ayer Ana Laura en su diario.)
Créditos:
Fotografías de las
bibliotecas mencionadas, reales o pintadas, de septiembre y noviembre de 2012,
del autor.
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