viernes, 6 de agosto de 2010

Scripta manent… las imprentas, no

Es cosa más o menos sabida, que el primer libro impreso en España lo fue en 1474, en Valencia, en concreto, Les Obres ó trobes en lahors de la Verge. El libro es la recopilación de las 45 composiciones presentadas para optar al premio que se ofrecía en una justa (ahora concurso) literaria en loor de la Virgen María.

Con motivo del cuarto centenario del hecho histórico-cultural, se colocó una placa conmemorativa en el lugar donde se ubicó la imprenta con la que se imprimió el único ejemplar de que se dispone. Este lugar se encuentra en la calle Portal de Valldigna, en su tramo extramuros de la muralla árabe.

Aunque la placa del municipio recuerda a dos “introductores en Valencia del arte civilizador de la imprenta”, el Ayuntamiento, en su callejero, sólo recuerda a Lamberto Palmart (tal vez, no obstante, un tal Alfonso de Córdoba, recordado con otra calle, sea el mismo Alfonso Fernández de Córdoba, como podría deducirse de que la calle es vecina de otra dedicada a las Artes Gráficas, pero en tal caso, el nombre es incorrecto, o, al menos, incompleto).

Casi veinte años después de colocar la placa, en la edición de 1893 de los Juegos Florales celebrados por la sociedad cultural Lo Rat Penat, el ayuntamiento premió el trabajo presentado por el bibliófilo asentado en Valencia, José Enrique Serrano Morales, ya conocido en estas páginas por su biblioteca.

El trabajo en cuestión se titulaba Reseña histórica en forma de diccionario, de las imprentas que han existido en Valencia desde la introducción del arte tipográfico en España hasta el año 1868, y fue objeto de edición poco después, en 1898.

En esta obra nos informa de un tercer personaje necesario para completar la Historia. Se trata de Jacobo Vizlant, de familia de mercaderes alemanes asentados en Valencia durante la primera mitad del siglo XV. Según parece, además de mercader, tuvo sus inquietudes editoriales, y fue por instancia suya que el alemán Lambert Palmart vino, posiblemente desde Italia, y montó sus prensas en Valencia, teniendo éste como ayudante, al principio, al castellano Alfonso Fernández de Córdoba.

Una cosa curiosa que sucedió en la ‘editorial’ de Jacobo Vizlant fue que éste se vio obligado “á despedir á los maestros y oficiales que en su casa trabajaban, por no haber recibido oportunamente el papel contratado con Miguel Berniço”, con lo que tanto Palmart como Fernández de Córdoba se tuvieron que establecer por su cuenta independientemente.

Sin embargo, poco después, ya fallecido Jacobo Vizlant, su hermano Felipe encargó a ambos impresores la edición de la Biblia lemosina, obra de fray Bonifacio Ferrer (hermano de San Vicente Ferrer). Por así decirlo, externalizó la edición.

La obra de Serrano Morales vio la luz en la imprenta de Federico Doménech, también editor del periódico Las Provincias.

Y ahora, según publica Levante, el otro periódico de la ciudad, son ellos los que externalizan la impresión del periódico.

Se ve que el arte de la imprenta, en Valencia, no consigue, tras más de quinientos años de historia, evitar los problemas económicos.

Créditos:
Fotografía de la placa conmemorativa de la imprenta en la c/ Portal de Valldigna, en Valencia, de diciembre de 2008, del autor.
Placa de la c/ Impresor Lambert Palmart, en Valencia, de noviembre de 2009, del autor.
Reproducción facsímil de la portada de Reseña histórica… de las imprentas… en Valencia, de José Enrique Serrano Morales, obra re-editada por el Ayuntamiento de Valencia en 2000, y transcripción parcial de la entrada correspondiente a Fernández de Córdoba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario