Aprovechando la comodidad de la tarde, me acerqué, como cabía esperar, por mi librería de cabecera, París-Valencia. Sin embargo, por lo que se pudo apreciar, la gente en general no consideró que la tarde tuviera una cierta comodidad, estando las calles poco ocupadas, y menos aún, la librería. Según parecía, hacía calor.
Quienes en cambio estaban ya frías eran las prensas en que se imprimieron numerosos libros de las mesas de ofertas. Curioseando entre ellos, me encontré un ejemplar de noviembre de 1998, cosa razonable de esperar, pero también otros dos de abril y octubre de 2007, ejemplo nuevamente de la breve vida de la producción editorial, en la que rauda y veloz llega la aplicación drástica de la draconiana política de saldos de las editoriales (por no hablar de la guillotina, aunque sea para el papel).
Los libros rescatados de tan cruel destino fueron, respectivamente, los que a continuación se muestran.
Nota: el último, por ejemplo, a 2,95 euros cuando tiene marcado en la contraportada 18 euros.
Quienes en cambio estaban ya frías eran las prensas en que se imprimieron numerosos libros de las mesas de ofertas. Curioseando entre ellos, me encontré un ejemplar de noviembre de 1998, cosa razonable de esperar, pero también otros dos de abril y octubre de 2007, ejemplo nuevamente de la breve vida de la producción editorial, en la que rauda y veloz llega la aplicación drástica de la draconiana política de saldos de las editoriales (por no hablar de la guillotina, aunque sea para el papel).
Los libros rescatados de tan cruel destino fueron, respectivamente, los que a continuación se muestran.
Nota: el último, por ejemplo, a 2,95 euros cuando tiene marcado en la contraportada 18 euros.
Lo de comprar, y leer libros, es un auténtico vicio. Ahora mismo, estoy leyendo "De padre francés", de Michel del Castillo, y "La noche quedó atrás", de Jan Valtin. También, tengo empezado "Un hilo rojo", de la argentina Sara Rosenberg y ando también leyendo el ejemplar de la revista Sur que tuvistéis el gran detalle de obsequiarme. Sin embargo, ya estoy pensando en los próximos que voy a comprarme, como el de Mark Twain que citaste aquí en tu blog, y que tengo encargado, algo de novela polar francesa (Manchette, etc. ; quizás incluso adquiera alguno este fin de semana parisino)y los que caigan cuando entre en una librería de lance recién descubierta. En cuanto al espacio, tengo trastero aunque, la verdad, éste no es lugar para ponerlos.
ResponderEliminarUn saludo
PD: Ojalá a la gente le diera más por leer a Joseph Roth, que a toda esa basura de pseudoliteratura con que la engañan. Mejor nos iría (a todos).
La Marcha Radetzky
ResponderEliminarPD. ¿Posodo, dónde anda metido el señor Caragüevo, se le echa de menos por estos ciberandurriales?
Guido me gustó eso de "..novela polar francesa". ¿Acaso la trama discurre por helados pasajes de mi Gongelad?, pregunto.
ResponderEliminarPues por motivos de trabajo que ya anunció en su diario, se ha acercado a la Villa y Corte. Ya está de nuevo en este Cap i Casal, pero ajetreado en sus quehaceres. Tranquilo que ya tendréis noticias suyas.
ResponderEliminarLo de novela polar francesa también me ha dejado intrigado, Guido. A tu regreso de los parises, nos lo explicas, por favor.
Precisamente un asiduo del diario, pero mudo, hace pocos minutos me acaban de pedir que preste La marcha Radetzky (para esto sí habla, sí).
Un saludo a todos.
"Polar", es como se denomina el género negro francés, tanto en cine como en literatura. Y en ambas disciplinas, los franceses han hecho muy buenos trabajos. Hace unos días, leí algo de Didier Daeninckx; "Asesinatos archivados", que está editado en España, y creo que también se puede encontrar algo de Manchette. En cuanto al cine, ¿cómo olvidar, por ej., algunas películas con Alain Delon...?
ResponderEliminarGracias. Me lo apunto.
ResponderEliminarA ver si tengo tiempo y oportunidad, y me puedo comprar algunos títulos no traducidos en España.
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