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Las fotografías que se recogen en la portada y contraportada del catálogo son La esfinge tras su excavación (Johannes Sebah – década de 1890) y Derviches turcos (Abdullah Frères – 1865). Y sirven de apoyo a lo expuesto por Issam Nassar en La atracción de Oriente: las primeras fotografías de Oriente Próximo, artículo con el que se abre propiamente el catálogo:
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“En 1853, un joven comerciante inglés llamado Francis Frith empezó a interesarse por un proceso fotográfico nuevo y revolucionario, publicado dos años antes en la revista The Chemist. Mediante este proceso, inventado por Frederick Scout Archer, se obtenía un negativo sobre una placa de vidrio preparada, que a su vez podía producir también una imagen positiva. Conocido en el siglo XIX como «el proceso fotográfico del colodión húmedo», no cabe duda de que el proceso de Archer revolucionó la fotografía ya que al hacerla prácticamente omnipresente, la transformó en un nuevo arte y una nueva ciencia.”
De esta forma, inicia Clark Worswick, comisario de la exposición, su artículo denominado al igual que aquélla. Y tras hablarnos del proceso técnico que hizo posible la revolución, nos comenta el proceso personal afortunado que hizo posible la aplicación de la técnica: “En 1854, a la edad de treinta y dos años, Frith invadió el mercado inglés de uvas pasas griegas. Tras hacer fortuna con este negocio, decidió dedicar el resto de su vida al ocio y la fotografía. (…)
Cuando [en septiembre de 1856] el fotógrafo emergente llegó a Egipto, (…) su intención era convertirse en el mayor fotógrafo (y estereógrafo) que jamás hubiera documentado los edificios, las ruinas y la topografía de Oriente Próximo. (…) Su idea, mientras avanzaba lentamente por los desiertos de la Antigüedad, era crear el primer catálogo de «fotografías comerciales de Oriente Próximo». Sería un catálogo total y absolutamente completo.
(…)
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No deja de resultar curioso que todo este proceso técnico tuviera una eclosión en sitios tan contrarios al mantenimiento de la humedad requerida como los de Oriente Próximo. Lo que tal vez demuestre, una vez más, que es el genio del hombre quien no sólo concreta la técnica, sino que la hace funcionar donde no cabe esperarlo.
Frith realizó tres viajes a Egipto en época invernal, claro, en 1856-57, 1857 y 1858. El volumen de su trabajo permitió la edición de no menos de siete libros de fotografías, con gran éxito tanto artística como comercialmente.
Sobre el catálogo cabe decir, entre otras, dos cosas:
Echo en falta la fotografía que sí se expone, en la que se aprecia la Esfinge antes de ser desenterrada.
Hay un problema en la edición de las fotografías de mayor formato, que es el habitual derivado de capacidad de la página, teniendo que disponerse la fotografía en dos páginas, lo que dificulta la apreciación de la misma.
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Por cierto, que en la referida anotación, junto con la antedicha fotografía, también está El Nilo con ruinas en Philae con la dahabieh del fotógrafo, de Frank Mason Good, del invierno de 1868-69. en ambas fotografías podemos apreciar los medias con que se movían los fotógrafos: carromatos por el desierto, y botes más o menos complejos por el Nilo.
En resumen, una exposición curiosa (“fotos del desierto”, en palabras de mis hijos), y que vale la pena visitar. Aunque suene la alarma, que lo hizo, pero sólo una vez; eso sí, la disparó mi hijo (y como gracias a caragüevo ya estaba al tanto, no pude dejar de sonreírme, por lo bajini, mientras la oía).
Créditos:
Portada y contraportada del catálogo de la exposición Jardines de arena: fotografía comercial en Oriente Próximo 1859-1905.
Fotografías tomadas del catálogo:
Las que se mencionan en el texto, y además,
Francis Frith. La tienda oscura de Francis Frith, cumbre del Gebel Musa. Sinaí, 1857.
E. Lauro. Mujer con vasija para agua. Egipto, década de 1890.
E. Lauro. Mujer con velo. Egipto, década de 1890.
¿¿¿¿¿?????? ¡¡¡Ahora sí hay diéresis!!! Pero..., vamos a ver..., ¿cómo hay que escribir "Caraguevo"? ¿Con diéresis o sin ella?
ResponderEliminarCaragueeeevooooo, manifiéstate y acláralo ya para siempre, por favor.
A mí me encantan ese tipo de fotografías antiguas. En un viaje a la India, mi hermano se trajo un libro de fotos de maharajás; en blanco y negro y tomadas a finales del XIX y principios del XX.
ResponderEliminarUn saludo
PD: yo también me sumo a S. Cid en demanda de aclaraciones.