Tras la Thyssen, como ya se ha comentado, nos dirijimos hacia al Cuesta de Moyano, no por qué nos íbamos a encontrar allí, sino por quién.
No obstante, como disponíamos de tiempo, dimos un pequeño rodeo, y en vez de llegar a ella Paseo del Prado abajo, lo hicimos desde el lado del Retiro. ¡Craso… acierto!
Nada más llegar, ya piqué, tres libros, precisamente en una caseta de la Librería Méndez (buena conocida de Guido), y luego, cuatro casetas más adelante, otro. Fue el último pues era ya la hora. Y muy oportuna, pues el libro lo tenía "en busca y captura" desde... el siglo pasado, pero pasado, pasado.
Como oportuno colofón, mientras tomábamos unas cervezas, se nos acercó una mujer que nos dejó esta tarjeta. Por si alguien tiene vez necesidad de encuadernar o restaurar sus libros. O no.
Créditos:
Montaje de fotografía de la Cuesta de Moyano, desde el lado del Retiro, de agosto de 2010, del autor, y de la publicidad en la bolsa que nos dieron.
Imagen de publicidad de las Librerías Méndez.
Portadas de los libros adquiridos.
Tarjeta de visita de la encuadernadora/restauradora.
No obstante, como disponíamos de tiempo, dimos un pequeño rodeo, y en vez de llegar a ella Paseo del Prado abajo, lo hicimos desde el lado del Retiro. ¡Craso… acierto!
Nada más llegar, ya piqué, tres libros, precisamente en una caseta de la Librería Méndez (buena conocida de Guido), y luego, cuatro casetas más adelante, otro. Fue el último pues era ya la hora. Y muy oportuna, pues el libro lo tenía "en busca y captura" desde... el siglo pasado, pero pasado, pasado.
Como oportuno colofón, mientras tomábamos unas cervezas, se nos acercó una mujer que nos dejó esta tarjeta. Por si alguien tiene vez necesidad de encuadernar o restaurar sus libros. O no.
Créditos:
Montaje de fotografía de la Cuesta de Moyano, desde el lado del Retiro, de agosto de 2010, del autor, y de la publicidad en la bolsa que nos dieron.
Imagen de publicidad de las Librerías Méndez.
Portadas de los libros adquiridos.
Tarjeta de visita de la encuadernadora/restauradora.
Esos libros estaban ahí esperándote. Yo soy de los que creen, como os comenté en vuestra reciente visita a Madrid, que son ellos quienes nos eligen a nosotros, y no al revés, como nos gusta pensar henchidos de soberbia. Y tan misterioso es de dónde vienen las palabras que conforman un libro, como el público en cuyas manos terminará.
ResponderEliminarUn saludo
La Cuesta tiene mucho peligro, es una tentación pero es obvio estando tan cerca el diablo. Al cruzar la calle y adentrarse un poco en el Retiro.
ResponderEliminar¿Librería Méndez? ¿La de la calle Ibiza -y otra en el barrio de la Elipa, creo- que cerraron hace poco? ¿Es ésa?
ResponderEliminarYo, los libros nuevos, lo compro en la librería Méndez que está en la Calle Mayor.
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