A principios del pasado mes de julio se publicó la noticia de que por parte del Gobierno de la Generalidad Valenciana se iba a aplicar una política informativa en relación con el aborto en la cual se incluirían imágenes de fetos, claramente con forma humana, y una edad correspondiente a los periodos autorizados por la nueva ley para abortar (además de otros supuestos y (des)consideraciones).
Yo entendí acertado y positivo el planteamiento, y serio, pero me equivoqué.
Poco después, en una reunión en la empresa preparando un trabajo, comenté sobre unas pruebas previas que se tenían que hacer, que si el resultado no era satisfactorio, el trabajo principal debería abortarse hasta mejor momento.
Uno de los presentes apostilló que, entonces, prepararíamos un informe con las fotografías de lo que hubiera podido resultar del trabajo abortado.
Me quedé tan atónito que sólo pudo escucharse como respuesta mía el silencio, que tampoco se pudo apreciar mucho porque el resto de presentes continuó la reunión.
Hay mucha gente que se toma a chacota estas iniciativas, mientras, que en cambio, ven bien las correspondientes a los fumadores, por ejemplo, de tabaco, quiero decir.
Es conocida la escena en la que el personaje de Robocop, una vez reconvertido en políticamente correcto, sólo amonesta verbalmente a una banda de pequeños delincuentes dedicados al robo y a la violencia, y en cambio desenfunda y suelta todo el cargador contra un pobre desgraciado (márcandole el perfil del cuerpo) al que se le ha ocurrido encender un cigarrillo.
Recordemos que en numerosas ocasiones, las peores realidades han sido primero descritas en obras de ficción. Y la realidad ha acabado superando la ficción.
Ya hemos tenido una idea en relación con el tabaco. El tomarse en broma (cosa muy distinta del humor negro) acciones de prevención de los abortos voluntarios, es un primer paso.
Por desgracia, el no haberle yo replicado en ese momento, es un segundo paso.
Créditos:
Imagen de advertencia sobre el aborto, elaboración del autor.
Imagen de advertencia en un paquete de cigarrillos.
Montaje de fotogramas de la película Robocop 2, tomados de internet.
Yo entendí acertado y positivo el planteamiento, y serio, pero me equivoqué.
Poco después, en una reunión en la empresa preparando un trabajo, comenté sobre unas pruebas previas que se tenían que hacer, que si el resultado no era satisfactorio, el trabajo principal debería abortarse hasta mejor momento.
Uno de los presentes apostilló que, entonces, prepararíamos un informe con las fotografías de lo que hubiera podido resultar del trabajo abortado.
Me quedé tan atónito que sólo pudo escucharse como respuesta mía el silencio, que tampoco se pudo apreciar mucho porque el resto de presentes continuó la reunión.
Hay mucha gente que se toma a chacota estas iniciativas, mientras, que en cambio, ven bien las correspondientes a los fumadores, por ejemplo, de tabaco, quiero decir.
Es conocida la escena en la que el personaje de Robocop, una vez reconvertido en políticamente correcto, sólo amonesta verbalmente a una banda de pequeños delincuentes dedicados al robo y a la violencia, y en cambio desenfunda y suelta todo el cargador contra un pobre desgraciado (márcandole el perfil del cuerpo) al que se le ha ocurrido encender un cigarrillo.
Recordemos que en numerosas ocasiones, las peores realidades han sido primero descritas en obras de ficción. Y la realidad ha acabado superando la ficción.
Ya hemos tenido una idea en relación con el tabaco. El tomarse en broma (cosa muy distinta del humor negro) acciones de prevención de los abortos voluntarios, es un primer paso.
Por desgracia, el no haberle yo replicado en ese momento, es un segundo paso.
Créditos:
Imagen de advertencia sobre el aborto, elaboración del autor.
Imagen de advertencia en un paquete de cigarrillos.
Montaje de fotogramas de la película Robocop 2, tomados de internet.
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