Y se convirtió en el segundo miércoles 15 que resultó bien para un gobierno presidido por Adolfo Suárez González.
En relación con esta jornada, histórica que se dice, yo, incapaz de aprenderme la letra de ninguna canción, voy, y recuerdo dos canciones.
Una, supongo que la recordará todo el mundo, es la que cantaba Jarcha, como “Banda Sonora Oficial” de las elecciones. Naturalmente me estoy refiriendo a “Libertad sin ira”. El estribillo hizo fortuna, por eso tan bonito de
«Libertad, libertad,
sin ira, libertad.
Guárdate tu miedo y tu ira,
porque hay libertad,
sin ira, libertad»
Sin embargo, lo triste era el resto del estribillo:
«y si no la hay, sin duda la habrá».
sobre todo por el uso del futuro imperfecto: “la habrá”, porque ¿cuándo?, es lo que llevan cuarenta años preguntándose en Vasconia, habiendo contagiado a otras regiones (lo del árbol y las nueces no es sólo en Vasconia).
Ese día figuraban en el censo algo más de veintidós millones y medio de españoles, votando unos dieciocho millones. En la rueda de prensa iniciada a las 22:33 de ese día por Rodolfo Martín Villa, entonces Ministro de Gobernación, éste dijo (entre otras cosas, claro):
“Con este nivel tan alto de votantes, cree el ministro que se clarifica la situación política española y se hace realidad el deseo del Rey de pulsar el parecer de su pueblo y canalizarlo por cauces de normalidad.”
[No recuerdo si esta rueda de prensa fue aquella en que estuvo todo el rato ajustándose las gafas porque continuamente se le resbalaban.]
Como cosa curiosa vista desde hoy, según publicaba ABC en su edición del día 16, “el ministro anunció, al final, que hacia las siete de la mañana de hoy podrán conocerse ya unos resultados muy aproximados, puesto que los definitivos corresponde a la autoridad electoral”. Pues sí, estamos ahora como para esperar hasta el amanecer para saber el resultado de unas elecciones.
¡Ah!, la otra canción que recuerdo, en realidad, sólo se trataba de una estrofa, formaba parte del espacio de propaganda política, para pedir el voto, claro, de no recuerdo qué partido, porque entonces no sólo los había muy raros (como ahora), sino que también salían en la tele (no como ahora). Si no recuerdo mal, la escena la integraban dos mozos, uno de ellos provisto de una guitarra, que cantaban tal como esto (la música no puedo transcribirla, lo siento, y tampoco he intentado encontrarla en esto de la Internet):
«No queremos empresarios,
ni esclavos bajo el patrón.
No queremos empresarios,
ni esclavos bajo el patrón.
Queremos reforma agraria
y también la autogestión.
Queremos reforma agraria
y también la autogestión.»
O sea, que lo mismo eran de una Falange-no-sé-qué,… o de la C.N.T. (total, tienen los mismos colores en la bandera).
En resumen, que este día tiene estos recuerdos,… pero también otros, a bien seguro, buenos, sin duda alguna.
En relación con esta jornada, histórica que se dice, yo, incapaz de aprenderme la letra de ninguna canción, voy, y recuerdo dos canciones.
Una, supongo que la recordará todo el mundo, es la que cantaba Jarcha, como “Banda Sonora Oficial” de las elecciones. Naturalmente me estoy refiriendo a “Libertad sin ira”. El estribillo hizo fortuna, por eso tan bonito de
«Libertad, libertad,
sin ira, libertad.
Guárdate tu miedo y tu ira,
porque hay libertad,
sin ira, libertad»
Sin embargo, lo triste era el resto del estribillo:
«y si no la hay, sin duda la habrá».
sobre todo por el uso del futuro imperfecto: “la habrá”, porque ¿cuándo?, es lo que llevan cuarenta años preguntándose en Vasconia, habiendo contagiado a otras regiones (lo del árbol y las nueces no es sólo en Vasconia).
Ese día figuraban en el censo algo más de veintidós millones y medio de españoles, votando unos dieciocho millones. En la rueda de prensa iniciada a las 22:33 de ese día por Rodolfo Martín Villa, entonces Ministro de Gobernación, éste dijo (entre otras cosas, claro):
“Con este nivel tan alto de votantes, cree el ministro que se clarifica la situación política española y se hace realidad el deseo del Rey de pulsar el parecer de su pueblo y canalizarlo por cauces de normalidad.”
[No recuerdo si esta rueda de prensa fue aquella en que estuvo todo el rato ajustándose las gafas porque continuamente se le resbalaban.]
Como cosa curiosa vista desde hoy, según publicaba ABC en su edición del día 16, “el ministro anunció, al final, que hacia las siete de la mañana de hoy podrán conocerse ya unos resultados muy aproximados, puesto que los definitivos corresponde a la autoridad electoral”. Pues sí, estamos ahora como para esperar hasta el amanecer para saber el resultado de unas elecciones.
¡Ah!, la otra canción que recuerdo, en realidad, sólo se trataba de una estrofa, formaba parte del espacio de propaganda política, para pedir el voto, claro, de no recuerdo qué partido, porque entonces no sólo los había muy raros (como ahora), sino que también salían en la tele (no como ahora). Si no recuerdo mal, la escena la integraban dos mozos, uno de ellos provisto de una guitarra, que cantaban tal como esto (la música no puedo transcribirla, lo siento, y tampoco he intentado encontrarla en esto de la Internet):
«No queremos empresarios,
ni esclavos bajo el patrón.
No queremos empresarios,
ni esclavos bajo el patrón.
Queremos reforma agraria
y también la autogestión.
Queremos reforma agraria
y también la autogestión.»
O sea, que lo mismo eran de una Falange-no-sé-qué,… o de la C.N.T. (total, tienen los mismos colores en la bandera).
En resumen, que este día tiene estos recuerdos,… pero también otros, a bien seguro, buenos, sin duda alguna.
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