Como ya comenté en su momento, el día en que se celebraron las pasadas elecciones al Parlamento Europeo estaba en Madrid, por lo que previamente había votado por correo. Lo que ya no sé es si ese día viajó poca gente, o si es que le traía sin cuidado estas elecciones en particular (lo digo por el voto por correo).
El Ministerio del Interior “pone a su disposición los resultados electorales de los diferentes comicios”, según nos informa en la correspondiente página de Internet.
También tiene una parte de la página general en la que se pueden consultar, ordenadas por tipo o fecha, todas las consultas habidas (por haber, todavía no, esto es una democracia).
En esta parte, ordenadas, por ejemplo, por fecha, podemos observar que desde las últimas elecciones generales, las cuatro últimas lo han sido a distintos ‘paramentos’.
Si consultamos el DRAE, podemos leer que paramento, excepción hecha de las acepciones arquitectónicas, es, con un objeto u otro, un adorno, e incluso, en la primera acepción, se nos dice que se trata de un “adorno o atavío con que se cubre algo”.
Tras leer esto, uno se queda intrigado, preocupado, por no decir, ilusionado… por encontrar un nuevo caso en el que la errata mejora el original. Pero no, no hay ningún problema en nada, y nada es necesario mejorar, sólo se trata de que falta la ‘l’ de ‘la’.
También hay que dejar claro que es mera casualidad de que esa ‘la’ pueda remitir, a algunas mentes calenturientas, a ‘la vice’. Ella, como bastantes, eligió hacer uso de su derecho al voto, y aquí está, haciéndolo, en su pueblecito de Beneixida, en esta foto de EFE.
Luego,… ¡ah, luego! Luego todo son infundios y despropósitos. Cabe deducir con prácticamente ningún margen de error, el sentido del voto de ella. Otra cosa es la papeleta.
Se dio bastante publicidad a que en la misma página del Ministerio se pudiera ver la siguiente imagen, todavía accesible hoy. Y claro, uno podría quedarse pensando cosas raras.
Sin embargo, la cordura se impuso y se hizo evidente. La página con los resultados finales dice lo que tiene que decir.
El motivo de la zozobra parece que fue un error informático a la hora de “volcar” los datos, los cuales, está claro, habían quedado muy, pero que muy volcados.
Claro, que uno no puede dejar de pensar en aquella ocasión en que también hubo un vuelco de datos, de resultados,… y de régimen.
Pero entonces no había ordenadores que arreglaran el estropicio. Ahora, sí se puede arreglar.
El Ministerio del Interior “pone a su disposición los resultados electorales de los diferentes comicios”, según nos informa en la correspondiente página de Internet.
También tiene una parte de la página general en la que se pueden consultar, ordenadas por tipo o fecha, todas las consultas habidas (por haber, todavía no, esto es una democracia).
En esta parte, ordenadas, por ejemplo, por fecha, podemos observar que desde las últimas elecciones generales, las cuatro últimas lo han sido a distintos ‘paramentos’.
Si consultamos el DRAE, podemos leer que paramento, excepción hecha de las acepciones arquitectónicas, es, con un objeto u otro, un adorno, e incluso, en la primera acepción, se nos dice que se trata de un “adorno o atavío con que se cubre algo”.
Tras leer esto, uno se queda intrigado, preocupado, por no decir, ilusionado… por encontrar un nuevo caso en el que la errata mejora el original. Pero no, no hay ningún problema en nada, y nada es necesario mejorar, sólo se trata de que falta la ‘l’ de ‘la’.
También hay que dejar claro que es mera casualidad de que esa ‘la’ pueda remitir, a algunas mentes calenturientas, a ‘la vice’. Ella, como bastantes, eligió hacer uso de su derecho al voto, y aquí está, haciéndolo, en su pueblecito de Beneixida, en esta foto de EFE.
Luego,… ¡ah, luego! Luego todo son infundios y despropósitos. Cabe deducir con prácticamente ningún margen de error, el sentido del voto de ella. Otra cosa es la papeleta.
Se dio bastante publicidad a que en la misma página del Ministerio se pudiera ver la siguiente imagen, todavía accesible hoy. Y claro, uno podría quedarse pensando cosas raras.
Sin embargo, la cordura se impuso y se hizo evidente. La página con los resultados finales dice lo que tiene que decir.
El motivo de la zozobra parece que fue un error informático a la hora de “volcar” los datos, los cuales, está claro, habían quedado muy, pero que muy volcados.
Claro, que uno no puede dejar de pensar en aquella ocasión en que también hubo un vuelco de datos, de resultados,… y de régimen.
Pero entonces no había ordenadores que arreglaran el estropicio. Ahora, sí se puede arreglar.
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