jueves, 27 de marzo de 2014

Dejemos el tema aparcado

Hace una semana que, finalizadas las Fallas, la ciudad de Valencia ha recuperado su normalidad.

En esta normalidad se incluye la dificultad para aparcar en ciertas zonas. Dificultad que no existe en Fallas pues queda anulada por la propia dificultad para circular.

El aparcamiento, como sabemos, está más o menos regulado por el Código de la Circulación (o como se llame la ley que hace sus funciones), pero, con estas cosas de las nuevas tecnologías, más parece que esté a su vez codificado, y nadie entienda cómo aparcar (me refiero al sitio, no a la forma). No obstante, se siguen reconociendo fácilmente algunos lugares destinados a ello. Por ejemplo, las bicicletas (en la acera, claro).

Si el peatón no consigue encontrar su sitio en la acera, tampoco es recomendable que lo busque en la calzada, pues, aunque parezca increíble, son muchos los coches que consiguen aparcar en ella, sin necesidad de hacerlo también en la acera.

Incluso tienen sus zonas marcadas, las más de las veces, en colores: naranja, azul y… ¡blanco! Repetimos: naranja, azul y… ¡blanco! Muy bien, una vez más: naranja, azul y… ¡blanco!

¡Y amarillo!


¡Sí, amarillo! Y es que hay zonas de aparcamiento en cordón (o línea), que también tienen pintada línea amarilla a trazos la cual prohíbe… ¡aparcar!

Si es que esto del aparcar es una cosa muy perra.

Créditos:
Fotografías en varias calles de Valencia, en marzo de 2014, del autor.

Actualización del 5 de abril:
El autor quiere hacer constar la total y absoluta coincidencia entre la publicación de esta tan demorada anotación y lo sucedido hace dos días en la Gran Vía de Madrid.
Sobre lo cual tal vez escriba algo… si consigo parar en algún sitio.

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