sábado, 14 de enero de 2012

Un (ya conocido) Episodio Nacional

El pasado lunes, la viñeta de Antonio Mingote en ABC nos traía al recuerdo el fenómeno de los cesantes, tan habitual en el siglo XIX galdosiano (casualmente el mismo día en el que el periódico daba notica de la reapertura en Las Palmas de su Casa-Museo tras una reforma).

Fenómeno fruto del sectarismo de los partidos políticos de la época, con el que, en cada cambio de Gobierno iban a la calle ingentes cantidades de personas que trabajaban en la Administración por el claramente evaluable hecho de ser simpatizantes del partido perdedor, y eran remplazadas por otras cantidades similares, cuyo único mérito era su simpatía por el partido vencedor.

Este baile se conservaba muy liberalmente (así se llamaban los partidos en cuestión), hasta que alguien pensó que tal vez fuera bueno que un escribiente lo fuera por ser bueno en eso, sin depender del partido en el Gobierno. Esta ocurrencia tan aburrida tuvo como resultado la creación de la especie “funcionario”.

No obstante, cada vez son más las voces que claman contra esta especie, pidiendo su práctica extinción, para lo cual, en una primera instancia, propugnan despidos masivos de funcionarios, con el argumento, básicamente, de que son funcionarios.

Mientras volvemos a los tiempos galdosianos, el problema, en estos momentos, es otro.

Muchos de los exterminadores a que he hecho referencia hablan de lo elevadas y preocupantes que son las cifras del paro. Sin embargo, hace tiempo que a esas cifras no les ponen caras, con nombres y apellidos. Lo más parecido que he visto recientemente es la imagen que nos trajo Caragüevo, por lo que tal vez haya que recordar imágenes reales, por ejemplo, la portada de ABC de allá por el 16 de octubre de 1976.

Dirán aquéllos, y no les falta razón, que qué es eso de estarse quietos en una cola, en vez de estar buscando (o inventándose) un trabajo, o yéndose al extranjero. Pues sí, pero el problema es que cada vez hay menos sitios donde preguntar, porque se está destruyendo todo el tejido productivo del país, cosa de la que no veo que nadie diga nada o se queje (serán cosas de la nueva economía), y si a eso añadimos la fuga de cerebros (además de la más famosa de capitales), habremos sentado todas las bases para que, como parece que busca más de uno, España ya no pueda levantar cabeza y quede a expensas de lo que decidan un par o tres de cabezas extranjeras (aunque más de uno las confunda con eso de “los mercados”).

Créditos:
Viñeta de Antonio Mingote en ABC del pasado día 9 de enero de 2012, de la hemeroteca del autor.
Imagen de la portada de ABC del día 16 de octubre de 1976, tomada de la hemeroteca del periódico en internet.

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