martes, 24 de enero de 2012

Sigue España sin reformarse

El rancio catolicismo español impide, nuevamente, el desarrollo de un próspero comercio mundial.

Una de estas acciones reaccionarias (contradicción que en España no es sino una afirmación histórica), es jaleada, lógicamente, desde COPE.

El ovejuno pueblo tinerfeño impidió hace algo más de dos siglos, el establecimiento de una misión comercial, ética y provechosa, franquiciada por la Corona Británica y liderada por el Almirante Horacio Nelson. Las trabas administrativas para el desarrollo de tan noble actitud mercantil, impidiendo el asentamiento de numerosos emprendedores que, por qué no, se lucraran ofreciendo lo que la sociedad (inglesa) demandaba, hizo, finalmente, que el Almirante torciera su brazo… y lo perdiera.

Así nos va.

Créditos:
Portada del libro El fuego de bronce, de Jesús Villanueva Jiménez, editado por Libros Libres, tomada del correo de la editorial por el que me invitaba a la presentación de la novela esta noche, en Madrid, en la Casa de Canarias, a las 20 horas (y a la que, como se ve, no he podido ir).

2 comentarios:

  1. Véte a saber porqué, me vino a la mente la idea que tuvo Serrano Suñer de apoyar a los japoneses, en la Segunda Guerra Mundial, a fin de recuperar la posesión de las Filipinas. A relación de esto, también acude a mi cabeza aquél plan de Felipe II de tener un enclave en Asia similar al Macao portugués...En fin, extrañas asociaciones que hace uno.

    Por cierto, te recomiendo una novel que leí estos días y me gustó mucho: "Moravia", del argentino Marcelo Luján.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Lejos me envías a averiguarlo, desde Tenerife hasta las Filipinas ;-)

    Por otro lado, en cierto modo, así funcionó Manila, y su famoso "Galeón de Manila, que entonces sí tenía mérito el comercio mundial y la globalización, no ahora que se viaja sin problemas.

    Gracias por la recomendación literaria, que queda apuntada, y espero que en breve, adquirida y leída.

    Un saludo.

    ResponderEliminar