Hace dos semanas se publicó para general
alegría, y también, orgullo, que los números de trasplantes y donantes de órganos
continuaban creciendo en España.
Ésta era la cara; la cruz llegaba dos días
después: en parte, precisamente por el éxito anterior, el consumo de sangre en
los hospitales había crecido más que los ingresos por donaciones, además, coincidiendo
en un mes como diciembre con una alteración importante de las rutinas e incluso
presencia en sus residencias de la gente.
El caso, pues, es que el Centro de
Transfusiones de la Comunidad Valenciana se encontró con que sólo tenía
reservas para tres días, lanzando una especie de alerta y avisando a todos los
donantes que pudo.
El mismo día en que leí esta última noticia,
también leí el correo que me habían enviado; ambos, tarde, pues llevaba un par
de días tomando alguna aspirina que otra por unos dolores de cabeza.
Sin embargo, el lunes me volvió a llegar
un nuevo correo: “DONACIÓN DE SANGRE MUY URGENTE”, y en esta ocasión, también
cumplido el plazo de dos meses desde la donación anterior, sí pude acercarme,
ayer por la tarde, a ‘perder’ algo menos de medio kilo de peso… que ‘encontré’ en
el bocadillo de jamón con que luego te ayudan a recuperarte.
Y así, junto con el flujo sanguíneo, que
fluya la vida.
Créditos:
Imagen adjunta en el correo electrónico
recibido acerca de las necesidades de donaciones de sangre.
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