lunes, 25 de junio de 2012

Miserere

1788. Enero. (…) Sábado 5
TENERIFE
El día siguiente a las nueve de la mañana avistamos la isla de Tenerife, que se halla situada al oessudoeste media al oeste a unas doce leguas de distancia. (…) Alrededor de cuatro leguas más allá en dirección sur la costa se extiende al oeste hasta el fondeadero de Santa Cruz, donde anclamos a las nueve y media de la mañana del domingo en unas aguas de veinticino brazas, y echamos amarras junto a la costa en la misma profundidad (…). Un paquebote español con destino a La Coruña, un bergantín estadounidense, y varios otros navíos, se hallaban aquí.
(…)
Lunes 7
En la mañana del lunes comencé a promover el negocio del barco con la mayor diligencia, y di las órdenes necesarias a los señores Collogan e hijos, los contratistas, para obtener los suministros que deseaba. (…)
Hay un grado de miseria y escasez entre las clases inferiores del pueblo que en ningún otro lugar es tan habitual como entre las colonias españolas y portuguesas. Para aliviar estos males el gobernador de Tenerife ha creado una institución benéfica que él se toma la molestia de supervisar.

En algún momento de este pasado otoño (creo), le oí a César Vidal Manzanares hablando de su viaje a la India el verano anterior, que, ante el asombro de unos españoles (compañeros de viaje, o simplemente, coincidentes en el lugar) sobre la miseria que se veía en la India, les replicó que en su adolescencia, él había visto la misma o más en España.

Si recordamos que nació en 1958, su adolescencia se sitúa, no en 1788, sino en el entorno de 1972, año que yo viví ya con suficiente edad como para poder decir que, al menos en el ámbito general de España, la miseria, como tal (que no pobreza), no existía. Otra cosa es que alguien, él tal vez, fuera a buscarla a propósito.

No he conseguido localizar el corte en cuestión, pero en este momento, me da lo mismo. Lo que sí he encontrado es la miseria de que hablaba César Vidal Manzanares.


Créditos:
Extracto del Capítulo II de La verdadera historia del motín de la Bounty, de William Bligh, según traducción de Miguel Ángel Coll, publicado como número 46 de su colección Viento Simún, por Ediciones del Viento, en 2009 (pp. 28-32).
Fotografía tomada del facebook de Es la noche de César, no sé cuándo.

2 comentarios:

  1. Juro por mi honor que esta tarde dejé un comentario a esta entrada. Y además, de os trabajados. Mañana intentaré colocarlo de nuevo.

    Lo de Cv, tela

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  2. Bate: no protestes, y manifiéstate.
    [O, al menos, di algo de la foto, que seguro que te ha gustado ;-)]

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