Ante el clásico

El clásico está a punto de llegar y muchas son todavía las incógnitas que se ciernen sobre los conjuntos, sobre su estilo, su disposición táctica o la elección de sus hombres titulares. Algunas se pueden ir vislumbrando; otras, no se conocerán hasta momentos antes de ser oficiales. Y es que seguro que tanto Mariano Rajoy como Alfredo Pérez tienen algún as en la manga.

Es curioso, pero las dos principales dudas refieren al número tres: el más que posible trivote de Rajoy en el núcleo del Gobierno, y la oposición con tres hombres de Pérez.

El técnico gallego ha dado a entender con sus últimos planteamientos que va a disponer… lo que disponga; tal vez un trivote –aunque él no sepa qué quiere decir esa palabra– en los encuentros ante… lo que se encuentre. Ya lo puso en liza, o no, en su encuentro más complicado hasta la fecha, tras su visita al Congreso de Valencia, y el resultado fue satisfactorio. Estebanillo González Plan Pons, Ana Por mi Jaguar Mato, y Cristóbal ¿Eh? Montoro, más la manchega con más libertad para pisar callos, serían los tres políticos que actuarían en la medular.

Un planteamiento que, por supuesto, tiene sus ventajas y sus contras. Por un lado, el Partido Popular gana músculo en el centro del campo, algo importante para combatir al Partido Socialista, y ejerce una magnífica línea de presión más adelantada de lo habitual –ahí será clave también la presión de los portavoces sobre Pajín–. Sin embargo, el conjunto azul pierde calidad en la salida del discurso y otorga cierta lentitud a la hora de montar las contras que, caso de trabajar con Mayor Oreja y/o Aguirre –los grandes damnificados del trivote– serían mucho más rápidas.

Además, la presencia de Cristóbal ¿Eh? Montoro en el núcleo del Gobierno implica otra incógnita hasta última hora: ¿quién jugará como exterior derecho? La lógica apunta hacia Michel Cañete, pero tras su encuentro en Francia arrastra unas molestias musculares que le hacen no estar en sus mejores condiciones. Otra opción es la de Rodrigo Rrrrr Rato, que pese a que no es su puesto habitual ya jugó ahí –y muy bien, por cierto– contra el Fondo Monetario Internacional. Por último, existe la posibilidad de que sea Gustavo Cómo me enrollo Arístegui quien ocupe su puesto en el núcleo del Gobierno, aunque los resultados cuando ha jugado en esa posición no invitan a ser muy optimistas.

¿Y si no se juega con trivote? Entonces, no hay duda de que Jorge Rupert te necesito Moragas sería el exterior derecho, mientras que, como más probable, José Manuel Arriba España Soria, (no) jugaría ante los marroquíes.

Por último, queda la eterna duda. ¿Jugará Alberto Tú me lo guisas yo me lo como Gallardón o Alberto Tut-an Gallardón? En estos momentos, sólo Rajoy lo sabe. Está claro que el madrileño está en su mejor forma, y que a día de hoy es uno de los hombres más importantes en el Partido Popular de su casa. Pero no es menos cierto que en un encuentro ante la crisis, en el que se buscará un juego más vertical y con menos posesión, pues se habrá vendido todo lo posible, las cualidades de Alberto Aquí su definición Gallardón se ajustan más a las necesidades… suyas.

Ya que la Economía lo es todo, el achique de espacios se aplicará en Educación y Cultura, sin necesidad de disimular en las pérdidas de tiempo, de modo que ahí pueda seguir jugando sin problemas el Partido Socialista.

Y es que desde el arranque de esta temporada, el Partido Socialista ha venido apuntando hacia una evolución de su juego que pasa por jugar con una línea de muchos en lugar de la habitual de unos cuantos. Sin embargo, esa disposición táctica nunca se ha consolidado, y las dudas defensivas del equipo han hecho que el cántabro vaya alternando una opción y otra.

Los rumores en las últimas horas apuntan a que el técnico rojillo estaría planteándose jugar con tres en el Congreso, algo que a algunos les parece una locura, a otros un acierto por tratar de ganar con lo mejor que uno tiene, y a los más un canto al espectáculo y al fair-play. Sin embargo, la mítica frase "yo lo sé todo de todos" hace ser muy escéptico ante tal posibilidad.

En caso de que Pérez se atreviera, Blanco o Pajín, uno de los dos campeones del mundo, será suplente. Y ésa es una difícil elección. No hay duda de que todo el equipo, no sólo los que van a la zaga, trabaja mejor en tareas defensivas suyas con el capitán en el campo, y no en el banquillo. Su carácter y espíritu oratorio se transfiere a los demás. Sin embargo, con Pajín el Partido Socialista gana, y mucho, a la hora de salir con el balón pinchado, algo que puede ser vital ante la presumible incertidumbre del Partido Popular y de su trivote.

Lo que parece claro es que tanto Camacho como Caamaño y Conde Pumpido serán de la partida, se juegue con tres o cuatro (abogados de las) defensas.

Y afuera es donde Pérez más enigmas está mostrando. A priori, Trinidad Jiménez, Moratinos y José Ejque Bono deberían ser los tres titulares más alejados del Congreso. Sin embargo, el bajón de forma del Ejque podría suponer, incluso, el traspaso del manchego, tal vez, hasta la Roma… gracias al Partido Popular.

Y por último aparece el figura de José Luis Cúmulo de Nimbos Rodríguez. Descartada su presencia para el clásico, sigue adelante su proceso de recuperación, por lo que no hace falta aconsejarle sobre su estado. Parece complicado que el demudado de León no vuelva a ser titular, aunque tampoco parece una opción muy posible, pero viendo las próximas visitas del Partido Socialista a la Plaza de Castilla, cualquier cosa puede pasar por la cabeza de Pérez...

Por supuesto, el clásico es el de dentro de diez días, es decir, la sesión de investidura del nuevo Presidente de Gobierno, junto con el nombramiento de éste, en las filas del Partido Popular; y la consolidación de la labor de oposición, en las del Partido Socialista.

¿O es que hay algún otro clásico?

Créditos:
Fotografía de las obras (paradas por problemas económicos) del Campo de Fútbol Nuevo Mestalla, en Valencia, en octubre de 2010, del autor.
Plantilla de la anotación tomada de la noticia de Tolo Leal publicada en Libertad Digital el pasado jueves, día 8.