Hace muchos años, la empresa Cervezas El Turia sacó como promoción un álbum de cromos (que se conseguían junto con las botellas de dicha cerveza) con fotografías de los denominados ‘animales salvajes’. El álbum empezaba con varios individuos con su nombre, y el resto de especies a continuación.
Los individuos en cuestión se encontraban en el Zoo de Valencia, en el Jardín de Viveros: uno era el chimpancé Tarzán, otro era el león Numa (creo), y una jirafa, aún sin nombre. El resto de especies ya no recuerdo si eran sólo las que se encontraban en el Zoo, o el álbum era más amplio.
Ese zoo se inauguró un 10 de junio de 1965, aunque en unas instalaciones provisionales, que finalmente se cerraron un 31 de julio… de 2007. Cuarenta y dos años de provisionalidad es algo… definitivo.
El álbum en cuestión formaba parte de la colaboración de Cervezas El Turia con el Zoo, cosa habitual entonces (por ejemplo, la leche para alimentar los primeros cachorros de león era… de vaca, de Leche Cervera, otra empresa de la ciudad); y parte de esa colaboración era la jirafa, obsequio de la empresa cervecera.
Junto con el álbum se planteó cuál iba a ser el nombre de la jirafa, resultando por votación popular, Turita (no desentonaba, de todas formas, la ‘coincidencia’).
Todo esto que cuento, y que constituyen mis primeros recuerdos del Zoo de Valencia, viene a cuento de que, además del primer carrete de fotos, he encontrado otro, unos años más tardío, fechable en el verano de 1976, en el que figura la fotografía de la jirafa Turita.
Y hoy, festividad de San Francisco de Asís, es buen día para hablar de ello, ¿no?
Créditos:
Fotografía de la jirafa Turita (ca. verano de 1976), en el Zoo de Viveros, de Valencia, del autor.
Los individuos en cuestión se encontraban en el Zoo de Valencia, en el Jardín de Viveros: uno era el chimpancé Tarzán, otro era el león Numa (creo), y una jirafa, aún sin nombre. El resto de especies ya no recuerdo si eran sólo las que se encontraban en el Zoo, o el álbum era más amplio.
Ese zoo se inauguró un 10 de junio de 1965, aunque en unas instalaciones provisionales, que finalmente se cerraron un 31 de julio… de 2007. Cuarenta y dos años de provisionalidad es algo… definitivo.
El álbum en cuestión formaba parte de la colaboración de Cervezas El Turia con el Zoo, cosa habitual entonces (por ejemplo, la leche para alimentar los primeros cachorros de león era… de vaca, de Leche Cervera, otra empresa de la ciudad); y parte de esa colaboración era la jirafa, obsequio de la empresa cervecera.
Junto con el álbum se planteó cuál iba a ser el nombre de la jirafa, resultando por votación popular, Turita (no desentonaba, de todas formas, la ‘coincidencia’).
Todo esto que cuento, y que constituyen mis primeros recuerdos del Zoo de Valencia, viene a cuento de que, además del primer carrete de fotos, he encontrado otro, unos años más tardío, fechable en el verano de 1976, en el que figura la fotografía de la jirafa Turita.
Y hoy, festividad de San Francisco de Asís, es buen día para hablar de ello, ¿no?
Créditos:
Fotografía de la jirafa Turita (ca. verano de 1976), en el Zoo de Viveros, de Valencia, del autor.
Bonita foto.
ResponderEliminarEn España, las cosas que se suponen provisionales tienden a mantenerse en el tiempo. Como el Código Civil, por ejemplo.
Saludos.
Gracias.
ResponderEliminarTenía catorce años cuando la hice, por lo que, en realidad, se trata de un daguerrotipo.
Como ejemplo, tenemos la Estación del AVE en Valencia, la cual, oficialmente, es provisional,... o sea, tírale decenios por delante.
No sabía que el Código Civil se hubiera redactado como provisional. Porque entiendo que te refieres al decimonónico, ¿no?