“Ya auia por eſte tiēpo cinco mesesˉq duraua el cōbate y cerco de Valēcia: y apretandoſe mas de cada dia el ſitio, no pudo ſer que no ſe le fueſſe eſtrechando por momētos el coraçon a Zaē. Apretauaſele por otra parte la deſcōfiança que tenia de ſocorro, no auiēdole ſido de provecho elˉq le vino de Tunez los dias paſſados: y acabaua de darle garrote la falta de vituallasˉq auia en la ciudad para tanta gente como en ella ſe auia encerrado. (…) Ya corria entonces el mes de Setiēbre: y no ceſſando jamas el combate, huuo de perder del todo el Rey Moro Zaē las confianças de poderſe defender.Y como hōbre ya deſcōfiado, embiò al Real del Rey Chriſtiano vn diſcreto Moro, llamado Ali Albatà, natural de Peniſcola, para ver el medio de que en tan peligroſo trāce ſe pudieſſe echar mano. Y porque el negocio era tan graue, no quiſo Ali Albatà deſcubrirle del todo al Rey, ſino pedirle facultad paraˉq el Arraez Abnalmalet, hijo de vna hermana de Zaē, el hombre mas hazendado de Valencia, pudieſſe ſalir della para tratarle cō el. (…) Mandò ſalir el Rey de la pieça donde eſtaua, a todos los ricos hombres, y quedò ſolo cō el Arraez y con vn interprete, y alli tuuierō ſus platicas. (…) Lo mas que podia otorgar a Zaē y a suſ Moros era darles ſeguridad para vaziar la ciudad, y yrſe a dōde quiſieſſen, cō toda la ropaˉq ſe pudieſſen lleuar. Comunicò Abnalmalet la reſoluciō del Rey con ſu tio Zaen: y el viēdoſe en tan manifieſto peligro de perderſe, huuo de paſſar por ella. (…) El dia ſiguiēte embiò el Rey a dezir a Zaen y a ſu sobrino el Arraez Abnalmalet, que para que ſe entendieſſe en el exercito que ya era ſuya Valencia, y eſto fueſſe parte paraˉq los de la hueſte no hizieſē daño ninguno a los de la ciudad, alçaſſen ſu Real pendon en la torreˉq deſpues ſe dixo del Tēple, en la puerta de la Xerea; y reſpōdiendo ambos, que lo harian deſde luego, ſe fue el Rey la buelta de aquella torre, y pueſto entre los muros y el Real, (que no es menos antiguo que eſto el Real de Valēcia) vio ſu Real pendon deſde alli con tan grande regozijo interior, que le ſaltarō las lagrimas; y virtiendolas, ſe apeò del cauallo, y poniēdoſe de rodillas hazia el Oriente, beſò la tierra, y orò, y rindiò gracias al Señor por tan ſeñalada merced como laˉq le hauia hecho de entregarle tan inſigne y regalada ciudad.”
Y, así, hoy, se conmemora la entrada en Valencia del Rey Don Jaime el Conquistador.
Nota: Aunque sigo debiendo una explicación. Pero hoy es fiesta, ¡qué se le va a hacer!
Créditos:
Extracto del capítulo XXV del Libro VII de los Anales del Reyno de Valencia, “qve corre desde sv poblacion deſpues del Diluuio, haſta la muerte del Rey don Jayme el Conquiſtador”, “compvestos por el Padre Maestro Fray Franciſco Diago de la Orden de Predicadores” en 1613, según edición facsimilar (tomo II) publicada en 1981 por París-Valencia.
Fotografía de la lápida recordando la conquista de Valencia, situada en la fachada (de la plaza de Teodoro Llorente) de la actual iglesia del Temple, donde se encontraba la torre de Bab-el-Schadchar (en la que se exhibió el Pendón Real como muestra de la rendición), en marzo de 2011, del autor.
Y, así, hoy, se conmemora la entrada en Valencia del Rey Don Jaime el Conquistador.
Nota: Aunque sigo debiendo una explicación. Pero hoy es fiesta, ¡qué se le va a hacer!
Créditos:
Extracto del capítulo XXV del Libro VII de los Anales del Reyno de Valencia, “qve corre desde sv poblacion deſpues del Diluuio, haſta la muerte del Rey don Jayme el Conquiſtador”, “compvestos por el Padre Maestro Fray Franciſco Diago de la Orden de Predicadores” en 1613, según edición facsimilar (tomo II) publicada en 1981 por París-Valencia.
Fotografía de la lápida recordando la conquista de Valencia, situada en la fachada (de la plaza de Teodoro Llorente) de la actual iglesia del Temple, donde se encontraba la torre de Bab-el-Schadchar (en la que se exhibió el Pendón Real como muestra de la rendición), en marzo de 2011, del autor.
Aclaración:
ResponderEliminarLa tipografía de la época mostraba habitualmente las nasales con una virgulilla encima. También se distinguía varias pronunciaciones de la 'ese', lo que se mostraba gráficamente ('ſ'). Finalmente, la conjunción 'que' se representaba muhcas veces con una virgulilla sobre la letra 'q'.
Esto último es lo que no he conseguido reflejar en este texto, quedando primero la virgulilla y después, la letra.
Siento que sólo por este pequeño fallo, resulte más difícil su lectura.
La torre de Bab-el-Schadchar, Torre Grossa o torre de Alphubat Muley se derribó para erigir el conjunto de Iglesia, palacio y Colegio del Temple, pero la puerta de la muralla, de Batbazachar o Ibn Sajar, se mantuvo y al derribar parte de la puerta se produjeron grietas en el lienzo exterior de la iglesia pues se apoyaba en parte de aquella. Es lo que pasa con las medianeras.
ResponderEliminarGracias por el enlace.