miércoles, 5 de octubre de 2011

Domus pauperum scala coeli

Cerca del río Guadalquivir, donde las Atarazanas que Alfonso X mandó construir en 1252, se encuentra el Hospital de la Santa Caridad, cuya factura data de mediados del siglo XVII consecuencia del impulso que a la Hermandad de la Santa Caridad dio Miguel de Mañara y Vicentelo Vázquez de Leca, “caballero sevillano prototipo de vida desordenada, en el que algunos vieron una inspiración para la figura de Don Juan”, quien, tras una profunda conversión, fue nombrado Hermano Mayor en 1663.

Casi 350 años después, la Caridad, de la mano de Cáritas Diocesana de Sevilla vuelve a ser parte activa de la ciudad.

El titular de la noticia en ABC es impactante: “Cáritas: «Hay familias que subsisten con las pensiones de los abuelos»”. Sin embargo, el fondo es lo preocupante:
El vicepresidente y responsable de Comunicación de la organización, Félix Quijada, ha expresado a Europa Press que desde 2007 Cáritas está alertando de un "importantísimo" proceso de deterioro en las condiciones de vida de cientos de familias sevillanas, que "lejos de aplacarse, parece incluso recrudecerse en los últimos tiempos"; pues, según ha asegurado, se están quedando sin ayudas económicas.
Además, ha añadido que en tres años, el número de solicitudes de ayuda atendidas por los grupos de Caritas se ha duplicado, con una impresión de deterioro social generalizado que está provocando un ensanchamiento del espacio social de la pobreza y la exclusión, ya que se está "endureciendo" las condiciones de vida de las familias más pobres y vulnerables; pero, por otra, también, arrastrando a otras muchas que "no responden de manera tan clara a la imagen de la pobreza y la vulnerabilidad que tenemos instalada en nuestro imaginario".
En este sentido, Quijada ha indicado que son muchas las familias normalizadas, integradas, con mayores niveles de formación, que comienzan a "pagar la factura de la sociedad de consumo" hasta verse sumergidas, hasta cierto punto de modo "inesperado", en la tragedia del paro de larga duración y las limitaciones de nuestro sistema de protección social.


Pues eso, la sopa boba que diría alguien.

Créditos:
Fotografía de la fachada de la Iglesia de San Jorge, integrante del conjunto del Hospital de la Santa Caridad, en Sevilla, de enero de 2011, del autor.
Título de la anotación: lema que figura en la entrada del Hospital de la Santa Caridad.
Datos tomados de Iglesias de Sevilla, de Manuel Jesús Roldán, y de referencias en el propio Hospital.

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