“El pedernal, un día, al sentirse golpeado por el eslabón, se revolvió sorprendido e indignado, diciéndole:
- Pero, ¿te has vuelto loco? Tú me has tomado por otro, porque yo no te conozco. ¡Así que déjame en paz, porque yo nunca he hecho daño a nadie!
El eslabón lo miró y contestó sonriendo:
- Si tienes un poco de paciencia, verás qué fruto maravilloso haré brotar de ti.
Con estas palabras la piedra se calmó y con mucha paciencia soportó el martirio que el eslabón le infligía con sus percusiones. Hasta que, de improviso, partió de él el fuego maravilloso que, con sus virtudes, obraba extraordinarios prodigios.
Esta fábula va dirigida a los que empiezan a estudiar y temen al estímulo que los exhorta a continuar. Porque si continuasen con paciencia sus estudios, verían nacer de ellos cosas maravillosas.”
No sé entonces, pero me parece que en la actualidad, en general, el pedernal es demasiado duro para que un eslabón consiga algo de él. Y ya se sabe que la cadena acaba fallando por el eslabón más débil.
Créditos:
Fábula El pedernal y el eslabón de Leonardo de Vinci, recogida en el Códice Atlántico (257 r.b.), tomada de la obra Fábulas y Leyendas de Leonardo de Vinci, transcritas por Bruno Nardini, según traducción de María Teresa León y Rafael Alberti, en edición de Círculo de Lectores, por cortesía de Ediciones Nauta, en 1973.
Imagen del texto de la fábula, en el Códice Atlántico, en escritura autógrafa invertida (imagen especular), de Leonardo de Vinci, tomada de la antedicha obra.
- Pero, ¿te has vuelto loco? Tú me has tomado por otro, porque yo no te conozco. ¡Así que déjame en paz, porque yo nunca he hecho daño a nadie!
El eslabón lo miró y contestó sonriendo:
- Si tienes un poco de paciencia, verás qué fruto maravilloso haré brotar de ti.
Con estas palabras la piedra se calmó y con mucha paciencia soportó el martirio que el eslabón le infligía con sus percusiones. Hasta que, de improviso, partió de él el fuego maravilloso que, con sus virtudes, obraba extraordinarios prodigios.
Esta fábula va dirigida a los que empiezan a estudiar y temen al estímulo que los exhorta a continuar. Porque si continuasen con paciencia sus estudios, verían nacer de ellos cosas maravillosas.”
No sé entonces, pero me parece que en la actualidad, en general, el pedernal es demasiado duro para que un eslabón consiga algo de él. Y ya se sabe que la cadena acaba fallando por el eslabón más débil.
Créditos:
Fábula El pedernal y el eslabón de Leonardo de Vinci, recogida en el Códice Atlántico (257 r.b.), tomada de la obra Fábulas y Leyendas de Leonardo de Vinci, transcritas por Bruno Nardini, según traducción de María Teresa León y Rafael Alberti, en edición de Círculo de Lectores, por cortesía de Ediciones Nauta, en 1973.
Imagen del texto de la fábula, en el Códice Atlántico, en escritura autógrafa invertida (imagen especular), de Leonardo de Vinci, tomada de la antedicha obra.
Curiosa anotación...
ResponderEliminarLa meto entre mis preferidas.
S.Cid: No se lo digas a nadie, pero cuando la leí, pensé en cuáles podrían ser tus comentarios. La verdad, no me lo esperaba tan escueto, pero con lo de "la meto entre mis preferidas", me vale.
ResponderEliminarGracias.
;-)