miércoles, 9 de marzo de 2011

Para tomar nota

Notandum est quod anno Domini MCCCCIIII quidam famosus predicator de Ordine Iacobitarum, nomine magíster Vincencius Ferrari, de Valencia magna oriundus, ad Friburgum Ochtlandie applicuit et in medio Quadragesime ibidem predicare cepit per totam illam septimanam, postea vero se transtulit ad villas circumiacentes.

Atendiendo a una solicitud del obispo de Lausana de finales del año anterior, “ya que en los valles de aquella región existían algunos núcleos de herejes”, el cuarto domingo de la Cuaresma de 1404 predicó por primera vez al pueblo de Friburgo el “célebre predicador de la Orden de santo Domingo, de nombre Vicente Ferrer y oriundo de la populosa Valencia”.

La entrega de san Vicente a la predicación había sido absoluta con posterioridad al 22 de noviembre del año 1399, momento en que abandonó Aviñón y «se presentó ante el mundo como legado a latere Christi». La predicación le obligaba a estar en constante movimiento, desplazándose de ciudad en ciudad, de territorio en territorio, predicando, incluso, dos o más veces al día en un mismo lugar (…) Por ello, habida cuenta de la actividad intensa, frenética tal vez, que llevaba a cabo, el tiempo le resultaba escaso; de hecho, él se lamenta en este sentido y explica cómo ni siquiera dispone de tiempo suficiente para preparar sus propios sermones, viéndose obligado a hacerlo durante el viaje (…) No resulta extraño, por consiguiente, que entre aquellos que le acompañaban, hubiese estenógrafos, personas que tomaran nota de sus prédicas, con la intención de obtener modelos homiléticos para otros predicadores, incluidos ellos mismos. Cabe, no obstante, la posibilidad de que el propio san Vicente estuviese interesado en disponer de una colección de sermones por él predicados en diversas circunstancias y lugares y, con este fin, él personalmente encargase a algunos miembros de la compañía que tomaran las notas correspondientes.

Quem ego, frater Fridericus, minister fratrum minorum provincia superioris Alemanie, sacre theologie professor, associans et sequens usque ad dominicam Palmarum, reportavi omnes sermones quos tunc predicavit de ore suo, meliori modo quo potui, et in ssexternis sequentibus propria manu conscripsi.

En todo caso, entre los que acompañaron a san Vicente Ferrer en su predicación por tierras de Friburgo, se encontraba un ‘reportator’, el fraile franciscano Friedrich von Amberg, quien, como él mismo nos advierte en una nota previa a la relación de sermones, se unió al maestro, le siguió durante dos semanas y tomó nota de las predicación que más tarde trasladó a los cuadernos que nos la han transmitido hasta hoy.

La primera prédica de San Vicente fue el 9 de marzo de 1404, es decir, hace 607 años, y es un buen momento para recordarlo, siendo hoy, además, Miércoles de Ceniza.

Y por lo que llevo leído, aparte de la pedagogía de San Vicente, hay que reconocer que frater Fridericus, que en su humildad franciscana nos decía que lo había hecho “melioro modo quo potui”, en efecto, hizo un muy buen trabajo.

Créditos:
Portada, transcripciones parciales del inicio de la recopilación de los sermones (recogiendo parte de la traducción de Daniel Gozalbo Gimeno), según la edición crítica, y de la introducción a la misma, a cargo de Francisco M. Gimeno Blay y Mª Luz Mandingorra Llavata, de la obra San Vicente Ferrer. Sermones de Cuaresma en Suiza, 1404, editada en 2009 por el Ayuntamiento de Valencia.

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