martes, 18 de mayo de 2010

¿Un mito? ¿literario?

Lucy, por otra parte, aunque parece gozar de buena salud, vuelve a sufrir crisis de sonambulismo. (…) Para mí, esta espera está minando su salud, y se repondrá cuando llegue su prometido.
(…) Lucy se levanta más a menudo por la noche (…) pero su salud no se resiente por ello; ahora, está más fuerte y hay color en sus mejillas. ¡Con tal que esto dure…!
(…) Lucy ha padecido menos crisis de sonambulismo esta semana, mas hay en ella algo que me intranquiliza; incluso, durmiendo, tengo la impresión de que me vigila. Trata de abrir la puerta y cuando ve que está cerrada con llave, busca ésta por todo el dormitorio.
(…) Lucy se muestra más irritable que nunca, a pesar de hallarse bien.


Lucy estuvo toda la noche muy agitada y yo tampoco logré conciliar el sueño. (…)
Cosa extraña, Lucy no se despertó, aunque por dos veces consecutivas se levantó, vistiéndose. Por suerte, yo la oí en ambas ocasiones y conseguí desnudarla sin despertarla, obligándola a acostarse de nuevo. Esas crisis de sonambulismo son muy raras (…)
La pobre Lucy estaba muy emocionada, casi angustiada; en mi opinión, las agitadas noches que padece y los sueños que sin duda la asaltan están minando su salud. Mas cosa extraña, cuando le hablo de este asunto, se niega a reconocer que exista una causa para su nerviosismo, o finge no saber nada.


Lucy está durmiendo ya apaciblemente. (…) Soy feliz al ver que Lucy se encuentra mejor. Opino que ya ha vencido el instante crítico, y que pasará una noche tranquila, (…)
De repente, desperté sobresaltada, llena de inquietud, sin saber por qué. Además, tenía la impresión de no estar sola en el dormitorio, que estaba tan oscuro que no distinguía la cama de Lucy. Me aproximé a la misma a tientas, comprobando que estaba vacía. ¡Lucy no estaba en ella! Encendí una cerilla, y no la vi por ningún sitio. (…)
Cada vez más angustiada, llegué a la puerta de entrada, que estaba abierta. (…) Cogiendo un chal, salí corriendo. (…)
Al llegar al borde del acantilado oeste, por encima del puente, escruté el acantilado del este y me sentí llena de consuelo… o de terror, yo misma lo ignoro, al divisar a Lucy sentada en nuestro banco. (…)
Cuando por fin alcancé mi objetivo, divisé el banco al momento y la blanca figura que en el mismo se hallaba; estaba lo bastante cerca de aquél para poder distinguirlo incluso en la oscuridad. No cabía la menor duda posible: inclinada hacia mi amiga se hallaba una silueta alta y negra.
- ¡Lucy! ¡Lucy! –grité al momento.
Entonces, vi cómo se erguía un semblante sumamente pálido, con unos ojos llameantes. Lucy no me contestó. Luego, corrí (…) durante unos segundos dejé de ver a Lucy. Rodeé el edificio de la iglesia, y el claro de luna, libre por fin de nubes, me permitió distinguir con rara perfección a Lucy recostada en el banco, la cabeza apoyada en el respaldo. Estaba completamentye sola, ya que ni cerca ni lejos del banco había el menor rastro de un ser viviente.
Al inclinarme sobre ella vi que estaba aún profundamente dormida. Con los labios entreabiertos, no respiraba normalmente, sino qwue, a cada inspiración, se esforzaba por hacer penetrar la mayor cantidad posible de aire en sus pulmones.
(…) Rodeé sus hombros con mi chal de lana y (…) se lo anudé en torno a la garganta con un alfiler (…); mas, en medio de mi angustia, sin duda efectué un gesto brusco, pinchándola ligeramente, ya que, si bien su respiración se iba calmando, Lucy se llevó una mano a la garganta y empezó a gemir dolorosamente.
(…)Lucy ha dormido hasta que la desperté, y creo que ni una sola vez había dado vueltas en su cama. (…)
Sin embargo, lamento haberme mostrado tan torpe hiriéndola, aunque levemente, con mi alfiler. Creo que se trata de algo más que un simple arañazo, ya que su garganta ha sido pinchada en dos sitios diferentes, y hay una mancha de sangre en su camisón. (…) Afortunadamente creo que no quedará cicatriz.
(…) En dos ocasiones me ha despertado Lucy, al intentar salir del dormitorio. Incluso en su sueño, he adivinado que estaba irritada al encontrar la puerta cerrada, volviendo a acostarse con señales de protesta.
(…) Otro día apacible, y por la noche (…)volví a despertarme durante la noche; vi a Lucy dormida, pero sentada en la cama y señalando la ventana. Me levanté con cautelsa y, descorriendo la persiana, me asomé. (…)
Ante mi vista, pasó y volvió a pasar un murciélago enorme, describiendo amplios círculos. Un par de veces casi me rozó, mas (…) echó a volar hacia el puerto y, luego, hacia la Abadía.
Al apartarme de la ventana, vi a Lucy tendida de nuevo en la cama, durmiendo profundamente. No se ha movido hasta la mañana.

Hemos pasado casi todo el día en lo alto del acantilado, leyendo y escribiendo. (…) Permanecimos calladas unos instantes, y al cabo, Lucy murmuró, como para sí mismsa:
- ¡Siempre sus ojos rojos! ¡Iguales, siempre iguales!
(…) Lucy está más débil. No entiendo nada. Come bien, por la noche duerme profundamente, y pasa gran parte del día al aire libre. Sin embargo, cada vez está más pálida y, por la noche, respira con dificultad.


Lo peor es que nada recuerdo… Constantemente siento miedo, sin saber de qué. Y me siento débil, agotada…
(…) Nuevas pesadillas. Si al menos pudiera recordarlas… Esta mañana volví a encontrarme extrañamente débil. Mi tez ha adquirido una palidez espantosa, y me duele la garganta. También debo de estar aquejada de los pulmones, ya que respiro con dificultad. (…)

«Mi querido Jack:
Desearía pedirte un favor. Lucy está enferma, no con una dolencia definida, pero tiene mal semblante y su condición empeora día a día. (…)»

«Enferma mucho mejor hoy.»

«Enferma mejorando. Excelente apetito, sueño natural, buen humor, nuevos colores.»

«Grave empeoramiento. Venga inmediatamente, sin perder un minuto.»


«Mi querido Arthur:
Hoy no son buenas las noticias. El estado de salud de Lucy ha vuelto a agravarse.»

Si el día anterior me sentí penosamente asombrado, esta vez experimenté un enorme terror. Lucy mostraba una tez cenicienta, y hasta sus labios y encías estaban exangües, su semblantese hallaba contraído, flaco, de forma que los huesos se transparentaban bajo su piel. Su respiración era sumamente dificultosa.
(…) El profesor exclamó:
- ¡Dios mío, es terrible! No podemos perder un momento


Tal día como el de hoy, pero en 1897, tuvo lugar la lectura pública de la nueva obra literaria de Bram Stocker, de sugestivo título Drácula, o el No-Muerto.

Naturalmente eso de los vampiros que poco a poco van absorbiendo (a través de la sangre) la vida de las personas, es un mito, y, en todo caso, sólo tiene plasmación literaria.

Creo.

- Cuando dormía, parecía moribunda; ahora que ha muerto, parece dormir.
- Por fin Lucy ha conseguido la paz –murmuré, al lado de Van Helsing–. Para ella se han acabado los sufrimientos.
- ¡Por desgracia, no! –replicó el profesor, volviendo hacia mí la cabeza–. ¡Por desgracia, no! No han hecho más que empezar.


Créditos:
Portada y transcripción, según traducción de Mario Montalbán, de la obra de Bram Stoker, Drácula, en edición de febrero de 1980 de Plaza&Janés (pp.109-112, 125-127, 129-136, 151-161, 162-165 y 211).

4 comentarios:

  1. Siempre que alguien me pide que le recomiende algo para leer, le indico este libro. Drácula es una de las mejores novelas que he leido en mi vida. Incluso llegué a sentir más terror con el libro que con cualquiera de sus cientos de versiones cinematográficas.
    Quizá lo vuelva a leer este verano.

    El Drácula de B. Stocker debiéra ser de lectura obligatoria en las facultades de económicas, y en la Moncloa, of course.

    La edición que tengo pertenece a una colección de los cien mejores títulos de la literatura universal que sacó El Mundo cuando El Mundo era El Mundo.
    Saludos

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  2. Mi ejemplar es de hace 30 años, que es cuando lo leí. Y efectivamente, la novela aterroriza más que casi cualquier reflejo cinematográfico. A ello contribuye no poco, su carácter de novela epistolar, gracias a lo cual nos vamos enterando de las cosas conforme lo recogen los protagonistas, con lo que nos damos cuenta de cómo unos saben unas cosas, otros no, y muchos, ni siquiera lo sospechan.
    Sobre la utilidad de leer Drácula en la Moncloa, permíteme que lo dude: en el caso de que lo aprecien, seguro que piensan que para terror, el que ellos están consiguiendo.

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  3. Posodo cuando dijiste: "Sobre la utilidad de leer Drácula en la Moncloa, permíteme que lo dude: en el caso de que lo aprecien, seguro que piensan que para terror, el que ellos están consiguiendo.", ya salieron a escena las murcielaguitas , ¿cierto?.
    Sí creo.
    Que sí.

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  4. Reptil, era reptil.

    Y el que de momento ha quedado, creo que ni Linneo se atrevería a clasificarlo.

    Nota: ¿Y cómo es que te has acordado de esta anotación y comentarios? No tienes tú peligro ni ná...

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