lunes, 26 de octubre de 2009

Para el hilo del tiempo... una aguja

Hace un año, con la excusa del cambio de hora, publiqué una anotación sobre un totum revolutum que, precisamente respecto a unas expresiones latinas, había en mi memoria.

En esta ocasión, la excusa será algo poco habitual como son los relojes cuya esfera está, diríamos ahora, en formato “24 horas”, que presentan la ventaja de tener que ajustar sólo una manecilla. La excusa la tenemos ilustrada con relojes de este tipo que pudimos apreciar durante nuestra reciente estancia en Venecia.



Tenemos, naturalmente, el reloj que da nombre a la torre, en la Plaza de San Marcos, y a continuación el que se encuentra en San Giacomo di Rialto (del que dicen que, instalado en 1410, nunca ha destacado por su puntualidad) y, tal vez, pues ahora ya no recuerdo bien, el del campanario de Santi Apostoli (y si no, quien lo sepa, que hable ahora o calle para siempre).

Pero cerremos la anotación volviendo parcialmente al párrafo inicial, gracias a un reloj de sol que existe a la entrada del Arsenale, donde, además de apreciar las líneas astronómicas (solsticios y equinoccios) y los signos del Zodiaco que marcan, con esos momentos, el inicio de cada una de las estaciones (Aries, Tauro, Libra y Capricornio), podemos ver lo anticuado del mismo, pues no sólo el texto está en latín (la traducción la dejo como deber escolar), sino que habla de la patria.

1 comentario:

  1. Me apunto a lo de callar para siempre porque no tengo ni idea de cómo se llama. De todos esos relojes que presentas, el que más llama mi atención es el último. Me parecen muy curiosos los relojes de sol y el ingenio que hay que tener para montarlos.

    También yo tengo preparada, desde septiembre, una entrada sobre un reloj (el de mi cocina) que todavía no ha visto la luz, pero leído lo leído..., voy a pensarme si publicarla... ;-)

    Mañana leeré la siguiente anotación. Me las voy a ir reservando: una por día, así no se me hará tan larga la espera... si vuelven a atascarse tus borradores ;-)

    Saludos.

    S. Cid

    ResponderEliminar