viernes, 9 de octubre de 2009

El verdadero premio es la libertad

Cuarenta años después de la publicación del libro comentado en la anotación anterior, se celebró un acto conmemorativo al que acudieron “all the heads of state of those countries were there. The crowd was tremendous in size”, según recoge en sus diarios uno de los asistentes.

Antes del momento oficial de los discursos, “we flew to Omaha beach. This was the heart breaker–row on row of white marble crosses (& stars of David) more than 9000 of them.

Su discurso lo comenzó recordando: “We're here to mark that day in history when the Allied armies joined in battle to reclaim this continent to liberty”.

Tres años después, más al este.

We viewed the ‘Wall’ from balcony. We saw the exhibit of the Marshal Plan & Germany’s rebuilding. Met several elderly ladies who had been part or the female force that cleaned bricks from the rubble & played a role in Berlin’s rebuilding. Then it was on to the Brandenburg Gate where I addressed tens & tens of thousand of people–stretching as far as I could see. I got a tremendous reception–interrupted 28 times by cheers.

Por un lado, el discurso del 6 de junio de 1984 finalizaba con un voto: “Here, in this place where the West held together, let us make a vow to our dead. Let us show them by our actions that we understand what they died for.

Por otro lado, en ese discurso del 12 de junio de 1987 pronunció su famosa frase: “Mr. Gorbachev, tear down this Wall”. Y dos años y cinco meses después, sucedió.

Naturalmente, estamos hablando de Ronald Reagan.

Naturalmente, no se le concedió el Premio Nobel de la Paz.

Naturalmente, siempre fue el blanco de todas las críticas.

Ahora,... el ambiente sigue igual.

4 comentarios:

  1. “We're here to mark that day in history when the Allied armies joined in battle to reclaim this continent to liberty”.


    “Here, in this place where the West held together, let us make a vow to our dead. Let us show them by our actions that we understand what they died for.”

    Primer problema: Occidente ha dejado de actuar al unísono. Ahora cada cual va por su lado y se acerca al sol que más calienta… o que más rédito electoral le proporciona.

    Segundo problema: nuestras acciones ya no pueden mostrarles a los muertos que entendemos aquello por lo que murieron. Quizá porque el Occidente actual no guarda ya en su corazón esos ideales de libertad y democracia por los que antaño luchó, y las causas aquellas ahora le parecen tan lejanas en el tiempo como alejadas de su corazón.

    “Mr. Gorbachev, tear down this Wall”.
    Tercer problema: Seis palabras conforman una oración… con una sola interpretación. Hoy se llenan las horas de discursos vacuos que pueden leerse de tantas formas como ojos paseen por sus palabras. Se ha impuesto el todo debe valer y, por ende, nuestras declaraciones deben poder tomarse como mejor convenga al momento.

    Cuarto problema: No hay… narices. ¿Hoy en día…, quién le habla con una claridad total, como ahí arriba hizo Reagan a Gorbachov, a Irán? Nadie, por supuesto, se imponen las medias tintas y la Alianza de Civilizaciones.

    Quinto problema Predicar con el ejemplo. Uno de tus enlaces me manda a Libertad Digital donde leo: "El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, es el ganador del Premio Nobel de la Paz 2009 por estimular el desarme nuclear […]”. Se impone la pregunta: ¿El desarme nuclear… de quién? Si tan interesado está en la desaparición de las atomic weapons, por qué no comienza por destruir las suyas…, las americanas? ¿Sería capaz de hacerlo? ¿A que no, Mr. Obama, a que no se atreve?

    Sexto problema La verdad de quita-y-pon. Buenísima tu anotación sobre el libro “Camino de servidumbre”: la verdad ya no es una certeza intelectual a la que cada cual llega a través de su razón, sino la que impone el pensamiento único dirigido por una panda de imbéciles, cuando no acomplejados, que han comprado o entontado a los medios de comunicación (por lo que veo) mundiales.

    Séptimo y último problema: Es el mundo en el que nos ha tocado vivir… y no hay otro al que podamos escapar.

    Saludos.

    S. Cid

    PD: Ah, no nos olvidemos de que Reagan fue secundado por otro gran personaje: Margaret Thatcher.

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  2. El séptimo problema es el último porque para eso estamos nosotros, mujer, para cambiar el mundo, poquito a poquito, si quieres, pero:
    cambiando lo que no es bueno
    manteniendo y afianzando lo que es bueno

    Por cierto, sobre el cambio hice una anotación hace ya mucho.

    (Por si alguien quiere conocerla o recordarla:
    http://platoporplato.blogspot.com/2008/11/el-cambio.html)

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  3. Que no lo entendéis, que le tenían que dar el premio porque si no se lo daban iba a seguir llorando por no haber conseguido los Juegos Olímpicos.

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  4. Ésa es la duda: ¿viajó a Copenague o en realidad fue a Oslo?

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