sábado, 24 de octubre de 2009

Piano, piano, si va... con plano

Ya estaba oscuro cuando crucé Rialto, camino de lo que habría jurado que era el campo que yo buscaba. ¿Un plano de la ciudad? ¿Yo? Por favor, yo no era una turista, ¿por qué había de llevar plano? Yo era la amiga de unos venecianos, que iba a cenar a casa de otros venecianos, ¿qué falta me hacía un plano?

Media hora después, por casualidad, salí a campo San Giacomo dell’Orio, y me puse a buscar la pequeña calle que descendía hacia el canal (…) Todas las calles me parecían iguales. (…)
Finalmente, volví al campo y pregunté en un bar dónde vivía Giuliano, el joyero. Cuando por fin llegué a mi destino, me excusé por el retraso con una mentira –naturalmente– y los presentes nos aplicamos a la importante tarea de beber y comer.


Esto nos cuenta Donna Leon en el prólogo a Paseos por Venecia con Guido Brunetti, obra escrita por Toni Sepeda (editada por Seix Barral), a modo de guía de la ciudad tomando como referencia las novelas de Donna Leon protagonizadas por el comisario Brunetti, veneciano de familia, nacimiento y vitalidad.





Un mes ya, el día de la Merced, que tuvimos mi hermano y yo la propia de llegar a Venecia. Aceptemos que éramos turistas…
por lo que llevábamos un plano de la ciudad.

Hace años, en un viaje no recuerdo a dónde, mi hermano se encontró con unos planos de ciudades muy apañados, coquetos y, sobre todo, prácticos. Durante un tiempo, sólo estaban disponibles en el extranjero (de hecho, mi plano de Madrid lo compré en Londres). Ahora ya llevan unos dos años disponibles en España, editados, sí, qué se le va a hacer, por El País-Aguilar.

Como sugiere el nombre, se trata de un plano autodesplegable de un modo tan sencillo como es… abriéndolo. Para un mejor manejo y utilidad, no se trata de un plano único, sino de dos: el de la derecha a una escala que permite abarcar un ámbito más céntrico de la ciudad, mientras que el de la izquierda cubre un área mayor, aunque, naturalmente, manteniendo un carácter, digamos, turístico (por ejemplo, en el caso de Madrid, el plano céntrico va desde el Palacio Real al Retiro y de Atocha a Colón, y el más general, desde el Parque del Oeste a la M-30 y de Atocha al Bernabéu.)

El caso es que de todos los turistas con que nos cruzamos durante nuestra estancia allí, sólo localizamos uno pertrechado con un plano tan cómodo y útil como éstos.

No obstante, hay que reconocer que Venecia está bien señalizada, bueno, quiero decir, que dispone de múltiples indicaciones relativas a lugares de referencia (básicamente tres: San Marcos, el puente de Rialto y la Estación de Ferrocarril). Estas indicaciones tal vez sean caseras, o convenientes para los que pasean meditabundos mirando al suelo.



Finalmente, es reconfortante saber que en Venecia, incluso las indicaciones se impregnan de filosofía: dado que su existencia se debe a las dudas de los paseantes, hay algunas indicaciones que lo tienen asumido.

1 comentario:

  1. ¡Qué gusto..., entrar aquí y que ya no salga de primeras "La del 21"! Empezaba a soñar con esa anotación ;-)

    Es curioso tu comentario sobre Donna Leon: este verano apareció en El Mundo una pequeña entrevista que le hicieron cuando acudió a la universidad de verano Menéndez Pelayo, que guardé amorosamente con el objeto de escribir un articulito para mi blog. Todavía no lo he hecho, pero aún tengo guardada la entrevista.

    En cuanto al plano de El País, yo tengo alguna guía (creo que de París) también editada por ellos... Qué se le va a hacer..., confieso que muchas veces me tentó hacer boicot a Crisol, pero nunca lo conseguí. Ahora, como han cerrado, ya no tengo cargo de conciencia ;-)

    Y en referencia a la claridad en las indicaciones venecianas..., bueno..., son italianos..., ¿no?

    Saludos y bienvenida la vuelta.

    S. Cid

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