Una de las características de las películas
del oeste es que las armas disponen de una carga de munición prácticamente
infinita, salvo, claro, que por necesidades dramáticas del guión se requiera
que a la acción sobre el gatillo, el impacto del percutor no consiga el efecto
deseado por el personaje.
Junto con lo anterior, también a efectos
dramáticos, está el momento en el que se ve cómo el bueno, por lo general,
carga el arma despacio, pero con firmeza, colocando una a una las balas en el
tambor del revólver, o los cartuchos en el rifle, según sea el estilo propio
del personaje.
Esta característica se mantiene, aunque
sea en películas y series policíacas, y además, ha creado una nueva, conforme
con los avances de las nuevas tecnologías.
Me refiero al teléfono móvil o celular.
Lo más que he conseguido ver es que por
esas necesidades dramáticas del guión, el aparato esté fuera de cobertura; sin
embargo, hasta ahora, aún no he conseguido ver ni cómo el bueno hace uso del
cargador del móvil, ni, menos aún, como el móvil se queda sin batería.
Y eso que mira que los gastan.
Bien puede decirse que se trata de un ejemplo
de libro de intriga tecnológico-policial, por no decir, de un expediente X.
Créditos:
Viñeta de Enrique Ventura
con guión de M. Ángel Nieto de la historieta Lejano, salvaje Oeste, publicada en el número 31, de 1 de febrero
de 1972, de la revista Trinca.
Ja, ja. ¡Qué razón tienes! Igualito, igualito que en la realidad... Ja, ja. Mi madre suele subrayar la velocidad de los ordenadores, y la nitidez de las ampliaciones de imagen, por ejemplo, en las series o películas. Suele preguntar: "¿A que tu ordenador no va así de rápido?" o "¿Por qué no veo así de bien las fotos que me manda tu hermana?"... :-D
ResponderEliminarSeguro que corrobora mis carcajadas...
Saludos.
De hecho, en esa famosa serie de televisión, Castle, creo que se llama, se ríen de estas maravillas tecnológicas "especiales para cine y televisión", aunque, a veces, claro, tienen que recurrir a ellas.
ResponderEliminarUn saludo.