Hoy le ha llegado su
turno a varios libros… curiosos.
¡Qué tiempos corrían
cuando yo tenía sitio en casa para poner sin problemas los libros que iba
consiguiendo!
En cambio, ahora, debo
explorar con cuidado los más recónditos espacios, para poder alojar en ellos,
otros libros.
Claro que una opción es
aprovechar el techo, ya que el cielo queda muy lejos, y siempre pueden caer de él
grandes meteoritos, e incluso soplar vientos peligrosos, kamikazes cabría
decir.
Créditos:
Cubiertas de los libros
en cuestión.
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