“Austral,
la primera colección de bolsillo de habla hispana, inició su andadura en
Argentina en 1937 de la mano del editor Gonzalo Losada y con La rebelión de
las masas, de José Ortega y Gasset, como
primer título. En plena guerra civil española, la colección Austral nace con
una clara vocación de acercar al gran público las mejores obras de todos los
tiempos y su trayectoria es un reflejo de la historia cultural de nuestro país
en los siglos XX y XXI.
(…)
Dos de los más prestigiosos pensadores de la época fueron nombrados asesores de
la colección: José Ortega y Gasset (Letras) y Julio Rey Pastor (Ciencia y
Técnica).
(…)
Desde
sus inicios, uno de los rasgos distintivos de Austral ha sido el diseño de sus
cubiertas que, con diferentes variaciones a lo largo de sus setenta y cinco
años de vida, ha formado parte del imaginario colectivo de varias generaciones.
Su creador fue Attilio Rossi, quien, tras estudiar varias editoriales de la
competencia (en especial, la británica Penguin), desarrolló un diseño de
colección que incluía una cubierta, con el texto impreso en marrón sobre un
fondo blanco, y una sobrecubierta, con un fondo tramado con un color que
distinguía el género. Se decidió que el logo representara un animal, en línea
con lo que estaba en boga en aquel momento. Finalmente, y tras descartar la
opción del oso polar por recomendación del mismísimo Jorge Luis Borges (a
partir de la observación de la inexistencia de este tipo de plantígrado en la
Antártida), se optó por una evocación del símbolo de Capricornio.
El
conjunto se convirtió en un hito del diseño hispánico de la primera mitad del
siglo XX; una prueba de ello es la vigencia del mismo, que se mantuvo intacto
durante cuarenta y ocho años.”
Hace algo más de un mes descubrí la edición
de unos Cuadernos de notas, es decir,
unos cuadernos con hojas en blanco simplemente para tomar notas (y con citas
literarias cada cuatro páginas), que mostraban en su cubierta el clásico diseño
original para la sobrecubierta de la Colección
Austral. Estos cuadernos tienen una breve Introducción donde se cuenta algo de la historia de la colección,
de la que se ha extraído el texto con que se inicia esta anotación.
Los colores de la sobrecubierta acabaron
siendo nueve, el último, el marrón dedicado a la Ciencia y técnica. De hecho, este género no figura relacionado en
la sobrecubierta del ejemplar de Estudios
literarios, de Ramón Menéndez Pidal, del que tengo una segunda edición, del
10 de junio de 1939, por lo que se trata del más antiguo, a fecha de hoy, de mi
‘selección’ de la Colección Austral.
Los otros ocho colores, de los que toman
nombre las series en que se organiza la colección, son: azul, para Novela y cuentos en general; verde, para
Ensayos y filosofía (curiosamente,
figura en segundo lugar en la relación de las solapas, aunque fue el color con
el que se ‘estrenó’ al colección); naranja, para Biografías y vidas novelescas; negro, para Viajes y reportajes (género poco frecuente, del que, sin embargo,
tengo un volumen); amarillo, para Libros
políticos y documentos del tiempo (o sea, Historia); violeta, para Poesía y teatro; gris, para los Clásicos (entendidos hasta el siglo
XVII); y rojo, para Novelas policíacas,
de aventuras y femeninas (aspecto éste último que no se menciona en la antedicha
Introducción.
Con el tiempo, la sobrecubierta
desapareció, y el diseño lo heredó la cubierta.
En honor a los méritos conseguidos, en la
ordenación de libros que estoy intentando hacer en casa, los ejemplares de la Colección Austral, como los de El libro de bolsillo, tienen su propio
lugar reservado, con independencia de autores o temas.
Con el tiempo, también la colección
desapareció, siendo sustituida por una Nueva
Austral. Pero esto, ya, es otra… colección.
Créditos:
Imágenes de las cubiertas del Cuaderno de notas y del ejemplar de la Colección Austral mencionados.
Extracto de la Introducción que figura en el Cuaderno
de Notas en cuestión.
Fotografía de los ejemplares de la Colección Austral que figuran en mi
biblioteca.
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