domingo, 14 de marzo de 2010

¿Tendrá fin la cosecha?

El último trimestre del pasado año fue pródigo en actos y actuaciones de dirigentes del Partido Popular que, ante la situación, más que de crisis, de deterioro económico, plenamente establecido en España, y considerando este aspecto como el más importante de todos, por no decir el único del que ocuparse, decidieron divertir un rato a los españoles.

Sin embargo, la deficiente asesoría de que disponen, también en ese inglés de la famosa niña, les ha llevado a confundir la diversión y distracción con sus acepciones más británicas, y realmente empezaron unas imponentes maniobras de despiste.

Si bien entrábamos en el otoño rápidamente, a plena potencia y velocidad de vértigo, raudos como un jaguar, el cambio de noviembre a diciembre resultó apoteósico.

Se mostró una total coherencia con planteamientos arduamente defendidos con anterioridad, como por ejemplo, en el caso del famoso nuevo Estatuto de Cataluña.

Se insistió en que el partido es para una mayoría de españoles, recordando, mejor dicho, haciendo que los que tenemos aún algo de memoria, recordáramos los viejos tiempos de la famosa “mayoría natural”.







Se demostró estar en plena forma defendiendo la vigente Constitución, en ambientes difíciles, mediante ejercicios casi orientales: “aspiración” - expiración – “aspiración” - expiración…

Se reafirmó en el sentido de Estado, no preguntando sobre lo que, algunos, opinan que el gobierno había hecho mal, para no molestar en otro asunto en el que el gobierno… también, según algunos, lo está haciendo mal.

Se constató su presencia en los foros adecuados en cada momento, muestra de una meditada organización.

Como resultado de todas estas actuaciones, recibieron los cordiales deseos de quien prefiere que disfruten de mejor vida, lo que fue muy agradecido.

Dicen que todo depende del color del cristal con que se mira, salvo que sea totalmente transparente, en que entonces, no hay color, no hay diferencia de colores, quiero decir.

Lo que me recuerda, eso de mirar y ver, ese chiste que dice:
«- Papá, ¿qué está más cerca, Cuenca, o la Luna?
- A ver, tontolhaba, ¿tú desde aquí ves Cuenca?»

Y yo confiando en que la cosecha de habas se acaba, normalmente, poco después del cambio de año (aunque todavía queden para los roscones de Reyes), me he dado cuenta de que no, de que, al menos en cierto edificio en el número 13 de cierta calle en Madrid, tienen un vivero que permite seguir cosechando todo el año.

Sinceramente, ya me he cansado de tanto ejemplo. «Cada uno puede opinar lo que quiera, hasta ahí podíamos llegar»: pues eso. Ya está opinado.

2 comentarios:

  1. Este PP es tan cargante...

    Si Rajoy, sin llegar al poder, se muestra ya tan dispuesto a prescindir de cualquier idea o principio que pueda suponerle una carga, ¿imaginamos lo que sería un Rajoy en el poder gobernando con el objetivo único de mantenerse en la poltrona?

    ¿E imaginas tú, S. Cid, que esto ocurra merced a la suma de unos votos entre los cuales esté el tuyo? No, S. Cid no tiene este último tipo de imaginaciones porque S. Cid JAMÁS de los JAMASES votará a este señor de Pontevedra (ah, no..., que incluso en esto miente).

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  2. Hoy he visto la noticia de Estebanillo González, digo, Pons, sobre la plaga que es el hombre.
    La cosecha sigue aumentando.

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