Al cole, al cole

Hoy es el último día de clase en la ciudad de Valencia hasta después de Fallas.

En principio, el calendario escolar fijaba el día 15 como lectivo, y los sesudos integrantes del Consejo Escolar municipal de Valencia, o como se llame el invento en cuestión, han necesitado de no sé cuántos meses para darse cuenta (porque, claro, ellos deben vivir en algún pueblo de allá por Laponia, Patagonia o Nueva Gales del Sur) de que, como TODA LA VIDA, la plantá de la falla infantil es la noche del día 14, y que por tanto, para la chiquillería, la fiesta el día 15 ya hace rato que ha empezado; pues estos sesudos integrantes han decidido que no, que el día 15 sea no lectivo, pero recuperable, allá para el final de curso, em junio, cuando además, no hay clases por la tarde. Incluso parece que quieren proponer que, en la ciudad de Valencia, el día 15 sea siempre no lectivo. En resumen, que han descubierto el Mediterráneo, que se dice.

Sin embargo, sí podrían ir al cole una y cienes de cienes de veces, los responsables del folleto cuya portada acompaña estas líneas. Una cosa es soltar estupideces en un discurso político, o incluso en las leyes que, ¡ja, ja, ja!, redacten, pero al menos en un folleto acerca de la escuela, que escriban bien y se dejen de ese “Todas y todos” que hiere la vista.

¡Ah! Y encima, las muchachas primero. ¡Qué ejemplo de galantería! (Porque seguro que ni siquiera han pensado en ponerlo por orden alfabético, que lo mismo ni saben qué es)

Como decía mi profesor de matemáticas en segundo de carrera, “El campo necesita brazos”. Lo malo es que la Naturaleza es sabia, y a lo que se ve, ella eligió primero.