jueves, 4 de marzo de 2010

Una música para todas las estaciones

Hace tiempo hice una anotación en la que, con la excusa de haber asistido a diversos conciertos en otras ciudades europeas, hablaba entrelíneas sobre la presencia de la música en la ciudad (entendiendo por tal la conocida, en un sentido amplio, como música clásica), que no es exactamente lo mismo que el que haya o no conciertos de esta naturaleza.

Con ello me refería al hecho de que la música clásica estuviera presente en una ciudad tanto por la frecuencia de los conciertos y veladas, como por lo extendido que, físicamente, se encuentren. Esta presencia, en numerosas ciudades, no se limita a los grandes centros ‘oficiales’, sino que es muy habitual en iglesias o locales vinculados a ellas.

Esta presencia positiva nos resultó evidente cuando estuvimos en Venecia: en el vestíbulo del hotel, por si no tuviéramos suficiente con los folletos anunciadores de numerosas actuaciones, tenían, en el mismo camino al ascensor, expuestos llamativamente los carteles correspondientes.

En estos carteles podemos observar una presencia inapelable, la de Antonio Vivaldi, claramente explicable por el hecho de que “il prete rosso”, como era conocido en su época, nació en Venecia un 4 de marzo de hace trescientos treinta y… dos años.

El sobrenombre por el que era conocido se basa en que se ordenó sacerdote, aunque ejerció más bien poco como tal. Ingresó como maestro de música en el Ospedale della Pietà, de donde, debido a su falta de dedicación “profesional” a su funciones sacerdotales, debió ausentarse por un tiempo, siendo “admitido de nuevo por el Ospedale en 1711, con una paga de 60 ducados anuales y la aceptación de que dedicara una parte de su tiempo al desarrollo de otros proyectos ajenos a la institución”. Entre dichos proyectos ajenos figuraban, por supuesto, la música, e incluso, actividades como empresario de ópera.



El paso del tiempo ha limado las diferencias que pudiera haber (que no parece que fueran muchas, una vez “aclarados” los términos) y en la actualidad es claramente recordada la presencia de Vivaldi en La Pietà (menos conocida como Santa Maria della Visitazione).



La obra más conocida de Vivaldi es el conjunto de cuatro conciertos agrupados bajo el nombre de Las cuatro estaciones. Con una estructura programática describiendo la meteorología y actividades propias de cada estación, Antonio Vivaldi las presentó, además, con unas breves composiciones poéticas al efecto.

Por ejemplo:
Aggiacciato tremar trà neri algenti,
al severo spirar d’orrido vento,
correr battendo i piedi ogni momento;
e pel soverchio gel batter i denti


Haciendo uso de Google, quien nos ha recordado el aniversario del nacimiento de Vivaldi, y aprovechando la cercanía de las fechas, enlazo el segundo movimiento, Largo, del cuarto de los conciertos: un recuerdo, pues, a este largo invierno que ya se va.

Créditos:
Fotografías de Venecia (septiembre de 2009), del autor de estas líneas:
carteles anunciadores en el Hotel Bizancio
placa recordando el nacimiento y bautizo de Vivaldi en la Chiesa di S. Giovanni Battista in Bragora
vista de la Riva degli Schiavoni desde el vaporetto, con la Chiesa della Pietà a la izquierda
placa recordando la presencia de Vivaldi en la Chiesa della Pietà
banderola y cartel en el Piccolo Museo della Pietà

Textos de Ana Nuño y Juan Carlos Moreno, y vista de la Riva degli Schiavoni sobre el Gran Canal (a la izquierda, el Ospedale della Pietà) según grabado del siglo XVII, en Vivaldi. Las cuatro estaciones-Concerti “con multi istromenti”, en edición de 2005 de RBA Coleccionables, como número 1 de la colección Gran Selección Deutsche Grammophon.

Logo de Google del día 4 de marzo de 2010, recordando el nacimiento de Vivaldi

Versión del 2º movimiento, Largo, del Concierto nº 4 en Fa menor, “El Invierno”, de Las cuatro estaciones de Antonio Vivaldi, por Anne-Sophie Mutter, bajo la dirección de Herbert von Karajan.

2 comentarios:

  1. Lo de "este largo invierno que ya se va" es un vaticinio un poco arriesgado, ¿no, Posodo? Porque, tal y como nos está dejando el clima este calentamiento global que asola el planeta, vaya usted a saber si mañana no vuelve a nevar y colapsa la ciudad... Ah, no..., que vivo en Madrid..., no en Barcelona ;-)...

    Saludos sarcásticos hoy (jejeje)

    S. Cid

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  2. Astronómicamente hablando, es lo que hay, ¿no?
    El resto, y sus efectos, es para conversación en el ascensor, ya que no en los distintos Parlamentos hispanos.

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