miércoles, 10 de marzo de 2010

Cosecha del 39. I: Viajeros con destino al buen cine

Hace ya tiempo publiqué una anotación con la que buscaba anunciar una serie en la que hablaría de algunas películas que se estrenaron en el mítico año de 1939. En particular, a varias de ellas, según propias declaraciones, José Luis Garci votó como mejores películas para la convocatoria 2009 de los premios de la Academia (vamos, los recientes Oscar).

Empezamos por la primera que fue estrenada de las que voy a comentar. Un 15 de febrero (de 1939, claro), se estrenaba Stagecoach, aquí conocida como La diligencia.

No voy a comentar nada de los aspectos cinematográficos, ni, por supuesto, del argumento (basado en una obra de Ernest Haycox), por si acaso hay alguien que lea estas líneas y no conozca la película (salvo un detalle, sí, casi al final de la película, pero ya llegará).

La película es de esas que llaman “coral”, es decir, con muchos personajes cuya presencia es significativa en el desarrollo de la trama, y no meramente presencial. Por supuesto hay protagonistas, dos en concreto, chico y chica, pero también formando parte de ese coro.

La película comienza en un puesto de la Caballería, como no podía ser menos, donde tenemos noticia de un par de hechos que marcan la trama de la obra. En seguida, se nos presenta el gran protagonista de la película: el espacio vital cerrado que es la diligencia.

A un pequeño pueblo en Arizona, Bryfork, llega la diligencia de la Overland Stage Lines. Viene con tres pasajeros, de los cuáles dos prosiguen viaje, a los que se añaden poco a poco varios pasajeros más, cada uno impulsado a viajar por unas razones o sinrazones. La presentación de Buck, mayoral o conductor de la diligencia, es inmediata, y la de los pasajeros se realiza sucesivamente con unas breves pinceladas sumamente eficaces, tanto visuales como en los diálogos.

Mrs. Mallory: ¿Quién es ese caballero?
Amiga: No es un caballero
Esposo de la amiga: Claro que no. Es un jugador profesional




Gatewood (Banquero), a los que le traen la nómina: Lo que es bueno para los bancos es bueno para el país





Josiah Boone, M.D. (Doc) a Dallas, mientras son expulsados del pueblo: Debes mostrarte ufana de ser escoria como yo





Hatfield (Caballero de la Confederación): Tú no lo entenderías, vaquero. Nunca has visto un ángel, ni una noble dama,… ni una gran señora.




Sheriff Curley, al Teniente de Caballería: La diligencia irá a Lordsburg. Si considera que es peligroso acompañarnos, supongo que podremos llegar hasta allí sin sus soldados



Doc Boone a Mr. Peacock (viajante de whisky, de Kansas City, Kansas), cuando les informan de la presencia de apaches: Es usted un hombre, reverendo. Por cien millones de diablos, demuéstrelo. (mientras custodia el maletín con las muestras del viajante)

Gatewood, al incorporarse a la diligencia ya en marcha: Recibí un telegrama y tuve que hacer la maleta.





Henry Ringo Kid, al ser recogido por la diligencia: No, se me murió el caballo. Bien, creo que tienen ustedes otro pasajero. (…) Tal vez me necesiten a mí y a este rifle. Anoche ví arder la cabaña de un rancho.

La dinámica de la película es tal que, en 19 minutos, todos los personajes han sido presentados.



Más tarde, en la parada de postas de Dry Fork.

Curley, cuando se enteran de que no van a disponer de escolta en el resto del viaje: Le diré cómo arreglarlo: echándolo a votos.





Curley: Bueno, ¿quiere usted volver o no?
Doc Boone: ¡No! Lo que quiero es otro trago.






Ringo a Dallas, ofreciéndole asiento para la comida: Siéntese, señorita









Tras otros 15 minutos, ya se encuentran solos, en ese cerrado espacio desplazándose en las ilimitadas llanuras de Arizona que es la diligencia, cara a cara con lo que resulte.




En la siguiente parada de la diligencia (Apache Wells), a la que llegan tras siete horas de viaje que en la película son sólo diez minutos, Mrs. Mallory da a luz a una niña con la ayuda de Dallas y… Doc Boone (“¡Café! ¡Denme Café! ¡Mucho café! ¡Cargado!”, “Tiene que tomar lo menos cuatro tazas. Hasta que se le salga por las orejas”). Y esa misma noche:
Ringo: Puede que me esté haciendo ilusiones, pero… (…) En fin, tengo un rancho al otro lado de la frontera, es un lugar bonito, bonito de verdad, con árboles, hierba, agua… y una casa a medio construir. Yo podría vivir allí, con una mujer… ¿Quiere usted ir?
Dallas: (…) ¿Qué sabe usted de mí?
Ringo: Sé todo lo que quiero saber. ¿Irá usted?

Y a la mañana siguiente:
Ringo: Mire esos cerros.
Curley: Apaches.
Ringo: Humo de guerra.



Tras conseguir pasar El Vado, atacado por los apaches, y contentos de estar ya cerca de Lordsburg:
Buck: Tendré que cobrar a la niña de la señora Mallory medio billete.

Peacock: Dentro de todo, el viaje ha sido sumamente interesante y provechoso.

Justo a continuación es cuando se produce, ¡por fin!, el ataque de los apaches,…



que se resuelve por el procedimiento clásico.
Mrs. Mallory: ¿Han oído? ¿Han oído? ¡Es la trompeta!

Luego ya llega el tramo final de La diligencia, que dejo como deber de ver.

Resulta curiosa la presencia de los clásicos en obras de John Ford que, en principio, no darían ocasión a ello. Si en Pasión de los fuertes, Doc Holliday es capaz de tomar el relevo del actor que representa Hamlet, aquí, otro médico es quien cita a Homero cuando es despedido de la pensión.

Entre otros aspectos que no creo que figuren en las sesudas críticas de la película se encuentran:
- el pronóstico meteorológico sobre una buena helada que hace el mayoral
- el nombre del hotel que esté enfrente de la parada de la diligencia
- cómo quitan el polvo (sí, el polvo) justo cuando vuelve a subir Mrs. Mallory, ¡a los radios de una rueda de la diligencia!
- cómo se recuerda que las señoras viajan en el sentido de la marcha
- cómo el mayoral se conoce el nombre de cada una de los caballos o yeguas del tiro (son seis y se los cambian en cada parada)
- cómo los emigrantes mejicanos se traen a sus parientes (“el abuelo”) sin aparentes problemas
- la habitual discusión sobre la Guerra de Secesión (contra los rebeldes / contra la Confederación)
- por qué motivos, dos de los pasajeros se guardan balas a pesar de quedarse sin munición durante el ataque de los apaches
- la mano que tiene Luke Plummer cuando le informan de la llegada de Ringo a Lordsburg es una doble pareja de ases y ochos, y es objeto de un encuadre específico para ella. Si algún aficionado al póker sabe si ésta es la famosa “mano del muerto”, puede comentarlo; si no se trata de esto, no sé el motivo del encuadre.
- qué es lo primero que se pone a resguardo en el bar ante la pelea que se avecina.
- cómo, siendo uno de los pasajeros viajante de whisky, uno de los anuncios que hay en el bar de Lordsburg es de Old Tom Gin, otro de un ron.
- no sé en qué año sucede la acción, pero hay una Convención Republicana en Chicago, que no merece los honores de portada en el periódico de Lordsburg.
- por qué se quita la estrella el Sherif

Por otro lado, lo triste es que quien se queje de los impuestos y de la deuda nacional, por ejemplo, tenga que ser el banquero. Pero bueno, la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su… banquero.

Un comentario al margen: en la edición de que dispongo, se dice, a poco de llegar a Lordsburg: “¿No se le ocurrió pensar que arreglarían el telégrafo?”, mientras que en los subtítulos figura “¿No se le ocurrió pensar que alegrarían el telégrafo?”, lo que no sé si es más apropiado (recordemos que los indios llamaban al telégrafo “el hilo que canta”)

La película fue propuesta para premio en siete categorías, consiguiéndolo en dos de ellas. Una, la banda sonora, basada en canciones populares americanas, adaptadas por Richard Hageman, Franke Harling, Louis Gruenberg, John Leipold y Leo Shuken, siendo el sonido responsabilidad de Frank Maher; la otra, el actor secundario, Thomas Mitchell, por su trabajo como Josiah Boone, Doctor en Medicina.

Las cinco categorías restantes fueron: película, director (John Ford), fotografía en blanco y negro (Bert Glennon), decoración (Alexander Toluboff) y montaje (Otho Lovering y Dorothy Spencer).

Otra cosa curiosa en torno a la película es que Thomas Mitchell no es tan conocido por este papel, premiado, como por el realizado, sin premio, en otra película, también, de 1939.

Pero esto será ya otra anotación.






Créditos:

Carátula de la edición en DVD como número 2 de la colección de kiosco “Clásicos del Oeste

Cartel de la película y fotogramas de la misma, de dicha edición

1 comentario:

  1. Oye..., lo de cambiar "banquero" por "porquero" ¿es uno de tus juegos de palabras... o es que verdaderamente piensas que son sinónimo...? ;-)

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