martes, 9 de marzo de 2010

De momento, más acá que allá

Esta tarde mi hermano y yo hemos acudido a El Corte Inglés de Colón, donde en los locales de su Ámbito Cultural, se realizaba la presentación de un libro, en concreto La Valencia del más allá, obra de Rafael Solaz, conocido bibliófilo valenciano, de cuya biblioteca se comentó que constaba de unos 10.000 volúmenes.

El acto empezó haciendo honor al tema tratado, pues según el panel que quedaría cabe los intervinientes, la obra era de ‘Alfredo Solaz’, aunque sí intervendría Rafael Solaz en calidad de… autor.

La travesura de los duendes o similares se solucionó pasando página, es decir, poniendo la hoja en blanco sobre el nombre espúreo, como puede verse en la siguiente foto.

En la presentación del libro hablaron, por orden de intervención, y de derecha a izquierda, Marcos Zacarés, editor de la obra (editorial Carena), Nuria Blaya Estrada, en su doble calidad de amiga del autor y profesora de Historia del Arte, y Rafael Solaz, en virtud de ser… pues eso, el autor.

El acto resultó interesante a fuer de curioso el tema de la obra, de cuyos casos tratados el autor nos comentó algunos (por ejemplo, una casa poseída por espíritus).

Al final de su intervención, el editor manifestó que sobre los volúmenes de la obra que se habían llevado al acto, se había realizado un conjuro para que los poseedores de alguno de ellos tuvieran 800.000, o no sé cuántos, días de indulgencia plenaria, lo que fue acogido con las naturales sonrisas de esta época

Como no disponíamos de tanto tiempo, no compramos ningún ejemplar, por lo que tardaré en leerlo. Sed indulgentes conmigo.

En el turno de ruegos y preguntas, nadie se atrevió a averiguar cómo conseguía guardar tanto libro.

3 comentarios:

  1. Un matiz, los años de indulgencia eran 80.000, que ya son bastantes incluso para Berlusconi y su empeño de vivir 150 años.
    Lo que me molesta de estos actos de presentación de libros es que siempre aparece alguien que quiere demostrar que es muy "sabudo" y larga un rollo inaguantable además de sin sentido. Dejemos al autor hablar de su libro, que para eso ha ido.

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  2. Bueno, es que el tiempo se me pasa volando.

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  3. Caray, me parecen una barbaridad (que quizá nunca llegue a alcanzar) tus 3.600, una burrada los 8.000 de César Vidal, pero... ¡¡¡10.000!!! ¿Y se los ha leído todos?

    Veamos..., si el año pasado leí en torno a 90 libros (creo que fueron 88, en realidad, pero para redondear pondremos 100), necesitaría..., veamos..., 100 libros por año..., 10.000 libros.., humm... ¡¡¿¿Cien años??!!

    En fin..., mejor hablamos de otra cosa, como por ejemplo, que, mira, con el problema de espacio que tienes, bien pudiste aprovechar la oportunidad y hacer esa pregunta sobre cómo guardaba sus libros. Tal vez te hubiera dado la solución a tu problema, ya que no te gustó ninguna de las mías :-p

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