lunes, 31 de agosto de 2009

En dos palabras

Coincidiendo, o no, que diría aquel, con la festividad de San Ramón Nonato, nace la nueva temporada de radio en la COPE.

La rueda de corresponsales de Nacho Villa a las siete y diez por distintas emisoras, me ha rejuvenecido casi treinta años, no he oído nada más; apenas he oído La Tarde; y para La Linterna creo que voy a tener que buscar unas pilas nuevas.

Cuando se confirmó que habría nueva situación en la COPE, allá por mayo, se publicó una viñeta “humorística” obra de Ortifus. Sinceramente, yo a este hombre le he encontrado la gracia en contadísimas ocasiones (de hecho, ahora no recuerdo ninguna, pero haberlas, haylas, supongo). Publica casi diariamente, en un periódico de Valencia (Levante) así como en el Magazine de La Vanguardia, que aquí distribuye también Levante.

La cosa es que todo esto me ha traído a la memoria unas pegatinas que vimos en Madrid tras la manifestación contra el terrorismo y a favor de las víctimas, a finales de noviembre de 2007.

En dos palabras: “Gracias Federico

1 comentario:

  1. El 1 de septiembre, martes, primer día de trabajo después de las vacaciones, y luego de haber leído en variados blogs el día anterior ácidas críticas a la nueva Mañana de Nacho Villa, decidí escucharlo. Sobre todo para enterarme de qué eran esas campanas de las que hablaban los blogs. Hube de forzarme a escucharlo un buen rato para poder asentar mi crítica sobre bases sólidas (también ayudó que Carlos Herrera todavía no había vuelto). Mi primera impresión fue que, entre otras cosas, la COPE había cambiado a un tipo que habla un español perfecto por otro que decía cosas como: “En una hora vamos a entrevistar a…”, con ese uso tan inglés de la preposición “in”. ¿No conocerá Villa el uso de “dentro de una hora”? o redundancias como: “El centro de la noticia se centra a estas horas…”. Ahí paro mi crítica y no continúo con el nuevo aire que el tal Nacho le ha imprimido a La Mañana. ¡Qué pena!

    No he vuelto a oírla desde entonces, ni volveré. esRadio acabará merendándosela.

    Saludos.

    S. Cid

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