lunes, 17 de agosto de 2009

Un mal aire

– Hay peste en Roma –oí decir por aquellos días a los otros canteros–. Dicen algunos peregrinos que la gente está muriendo a centenares.
– ¿Qué peste es ésa? –pregunté.
– La que padecieron el verano pasado en Constantinopla. Parece que la han traído los vientos de Oriente.


(inicio del capítulo 2 de Huir del aire, de Rafael Saura Rodríguez, finalista del Premio Nacional de Novela Histórica Alfonso X el Sabio 2002)

Así que contaremos por los primeros datos fijos que tenemos en esta parte los de aquella horrible epidemia, que se llamó universal, por haber cundido en toda la Europa. Habiendo tenido su orígen en la Scitia, pasó á las riberas del Póntico; inficionó las del Helesponto; hirió á la Grecia; despobló el Ilírico; afligió a la Italia, y dejó de Oriente á Poniente memorias horribles de su crueldad. Hubo muchos pueblos en que no quedó alma viviente; y donde menos de cada diez personas murieron nueve. En Sicilia y Cerdeña fueron iguales sus estragos, no menosque en Mallorca, cuya capital quedó despoblada en un solo mes con la muerte de quince mil de sus habitantes.
Valencia estaba esperando el golpe fatal, ya por la cercanía del contagio, ya por la hambre cruel que había padecido en el año anterior. Con efecto por Mayo del año 1348 comenzó a inficionarse, y en Junio morian diariamente trescientos apestados, llegando algun dia á ser mil los que murieron. El contacto de los enfermos propagaba sin remedio la enfermedad, y se pegaba ésta á cuantos intentaban asistirles ó curarles. La esperiencia repetida de esta malignidad obligó á dejar á los heridos sin socorro, y á los muertos sin sepultura, llenando aquellos el aire de alaridos, y estos de nuevos miasmas pútridos y pestilentes.


(de Epidemias padecidas en Valencia, Memoria publicada por Fr. Bartolomé Ribelles, en el año 1804, y recogida como Apéndice en el Tomo I de Historia de la Ciudad y Reino de Valencia, de Vicente Boix, en Valencia a 1845 –edición facsímil de 1979)

Llevamos una temporada con múltiples, numerosos, dispares, contradictorios, sesudos, breves, razonados, espectaculares, comentarios sobre la “nueva gripe”. Tras todo ello, uno no puede menos que dudar si lo que escucha es una novela o es historia real.

Hasta el gobierno se ha visto obligado a tomar decisiones: vacunas, grupos de riesgo, protocolos,… Se estudia incluso suspender, o al menos, demorar las clases en los colegios ante la inminencia del inicio del nuevo curso, para que los alumnos y profesores no estén tan juntos.

En esa línea de prevención, el Colegio de Médicos de Madrid ha colocado una pancarta en la fachada de su sede con un gran consejo: 'No beses, no des la mano, di hola'

Sin embargo, la principal decisión ya ha sido tomada. Según se observa en las fotos publicadas en El Mundo, ayer empezó, con la Supercopa, la temporada de fútbol. Todo resuelto. Di ¡Gol!




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