sábado, 1 de agosto de 2009

¿Sin sombra de duda?

Es conocida La sombra del viento, novela de Carlos Ruiz Zafón. También es conocida su portada, ya que durante mucho tiempo, Planeta no sacó la edición de bolsillo, ni siquiera en rústica, manteniendo la edición en tapa dura (y por tanto, su precio), dado el éxito de la obra.

La novela comienza así:
Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el Cementerio de los Libros Olvidados. Desgranaban los primeros días del verano de 1945 y caminábamos por las calles de una Barcelona atrapada bajo los cielos de ceniza y un sol de vapor que se derramaba sobre la Rambla de Santa Mónica en una guirnalda de cobre líquido.

La portada, más bien, la sobrecubierta, como se expresa en la solapa de ella, se fundamenta en una fotografía de Francesc Catalá-Roca. Como se puede ver, ilustra perfectamente el inicio de la novela: un padre, con el bigotito de los años cuarenta, un hijo, el vapor, o la niebla, derramándose sobre la calle; “una Barcelona atrapada bajo los cielos de ceniza”.

Hace unos días, caragüevo, en la anotación correspondiente a la exposición de Juan Muñoz en el Centro de Arte Reina Sofía, comentaba otras exposiciones vistas en el Museo, y en particular decía:

En una sala había una gran cantidad de fotografías, de España en los años 50 y 60, ya del siglo pasado.
Había algunas que me gustaron mucho, pero como hace casi dos meses, no hice fotos, fotos a las fotos, y no tomé notas no me acuerdo de los títulos, pero eran paisajes urbanos de Madrid y Barcelona y algún otro de pueblos de la meseta.
Por supuesto todo en blanco y negro.


Esas fotos se integraban en lo que la página de Internet del Museo llama “Neorrealismo en España. España en dictadura: realidad social y vanguardia”, en donde se dice:

Junto a la abstracción, que aparecía como el único modo de responder a la realidad social desde el arte de vanguardia, iba a persistir una importante vena naturalista que parecía vivir ajena a sus dictados, así como a las circunstancias políticas del momento. Frente a este naturalismo estetizado, se desarrolla un modo más comprometido de representación de la realidad por parte de la fotografía, vinculada en su interés por retratar la diversidad de lo social con las corrientes de fotografía documental europeas y norteamericanas.

La página incluye dos fotografías, siendo una de ellas la que acompaña estas líneas, titulada “Cenicienta en la Gran Vía”, fechada sobre el año 1950, y cuyo autor es Francesc Catalá Roca.

La foto que ilustra la sobrecubierta famosa de la conocida novela, también forma parte de la colección, solo que… solo que, salvo error mío, no es de Barcelona, sino de Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario