Ayer, mediante dos anotaciones, hice un extracto del relato “Polvo de líneas” de Carlos Semprún Maura, según la edición de Pre-Textos, publicado, junto con otros relatos suyos, en la colección Narrativa (número 324), cuya primera edición es del 3 de noviembre de 1997.
En las solapas del ejemplar se hace una breve reseña del autor, y del contenido del libro, en concreto:
“Estos cuentos de Carlos Semprún Maura participan más del universo de su teatro, escrito en francés y aún no traducido, sin tener aparentemente mucha relación con sus textos polémicos, políticos. Aquí, lo absolutamente imposible se convierte en realidad cotidiana. Un escritor, muerto hace diez años, entra en una librería para pedir uno de sus libros. Otra muerta, pero ¡qué muerta! tan bella, tan viva, pide llamar por teléfono. Una ninfa, que a lo mejor se ha escapado de un manicomio, se divierte organizando accidentes nocturnos y mortales en las autopistas. Paralelamente, en el mismo relato, el autor nos da algunas instantáneas sobre las tragedias de este siglo. Algo de erotismo, mucho humor, en estos curiosos cuentos de un autor curioso.”
Cuando compré el libro (octubre de 2005) no había leído nada literario de su autor, supongo que me atrajo el título, felizmente, aunque sí había leído artículos suyos, parte de esos “textos polémicos, políticos”, a través de Libertad Digital.
Entre estos artículos los hay que, como los relatos, hacen referencia a presencias faltas de vida en medio de este país.
Y aunque El País haya decidido no enterarse, ayer, la ficción empezó a convertirse en realidad.
En las solapas del ejemplar se hace una breve reseña del autor, y del contenido del libro, en concreto:
“Estos cuentos de Carlos Semprún Maura participan más del universo de su teatro, escrito en francés y aún no traducido, sin tener aparentemente mucha relación con sus textos polémicos, políticos. Aquí, lo absolutamente imposible se convierte en realidad cotidiana. Un escritor, muerto hace diez años, entra en una librería para pedir uno de sus libros. Otra muerta, pero ¡qué muerta! tan bella, tan viva, pide llamar por teléfono. Una ninfa, que a lo mejor se ha escapado de un manicomio, se divierte organizando accidentes nocturnos y mortales en las autopistas. Paralelamente, en el mismo relato, el autor nos da algunas instantáneas sobre las tragedias de este siglo. Algo de erotismo, mucho humor, en estos curiosos cuentos de un autor curioso.”
Cuando compré el libro (octubre de 2005) no había leído nada literario de su autor, supongo que me atrajo el título, felizmente, aunque sí había leído artículos suyos, parte de esos “textos polémicos, políticos”, a través de Libertad Digital.
Entre estos artículos los hay que, como los relatos, hacen referencia a presencias faltas de vida en medio de este país.
Y aunque El País haya decidido no enterarse, ayer, la ficción empezó a convertirse en realidad.
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