viernes, 27 de marzo de 2009

Hace muchos mil años...

más o menos (todo consiste en cómo se lleve la contabilidad, según libros, en B,... -en todo caso, yo no estaba allí-).

"El año seiscientos uno de la vida de Noé, el día primero del primer mes, se secaron las aguas de encima de la tierra.
Noé retiró la cubierta del arca, miró y vio que estaba seca la superficie del suelo.
En el segundo mes, el día veintisiete del mes, quedó seca la tierra
" (Génesis, 8 13-14).

"Dijo Dios: Ésta es la señal de la alianza que para las generaciones perpetuas pongo entre yo y vosotros y todo ser vivo que os acompaña: Pongo mi arco en las nubes, que servirá de señal de la alianza entre yo y la tierra" (Gn 9 12-13). ["Arcum meum ponam in nubibus"].

"Noé se dedicó a la labranza y plantó una viña. Bebió del vino, ..." (Gn, 9 20-21 incompleto, ¿para qué entrar en detalles?).

Según la tradición, el monte sobre el que sucedió el primer párrafo transcrito del Génesis es el Monte Ararat.

Tratándose de una montaña cuya altura le supone una presencia absoluta en la región, sólo cabe esperar que, transcurrido el tiempo, se recupere esta referencia a través de alguien tan imponente como dicha montaña: los gigantes Gargantúa y Pantagruel.

"Noé, el santo varón – a quien tan agradecidos estamos porque nos plantó la viña, de la que nos viene este nectárico, delicioso, precioso, celestial, gozoso y deífico licor que llaman vino-"

Tomado del capítulo primero de Pantagruel, Rey de los dipsodas restituido a su natural con sus hechos y proezas espantables, compuesto por el difunto M. Alcofribas, extractador de quintaesencia, más conocido como François Rabelais. Según traducción de Teresa Suero y José Mª Claramunda, cedida por Editorial Bruguera, y plasmada en el ejemplar editado por Ediciones Orbis, S.A. y Editorial Origen, S.A., con el nº 66 de la colección “Historia Universal de la Literatura”.

¿Por dónde íbamos? ¡Ah, sí!

"et plantavit vineam"

Y era cuestión de tiempo que la viña, y el vino, volvieran a ciertas alturas, en concreto a 1.300 m, en las Alpujarras, a través de la bodega Barranco Oscuro.

De lo cual esta pasada noche he tenido conocimiento a través de la convocatoria de un restaurante de esta ciudad de Valencia que además de a la hostelería, se dedica a la gastronomía y a la pedagogía de las catas y del maridaje.



Como esta anotación se ha hecho un poco larga, dos últimas cosas:

- no soy experto en vinos, pero opino que debe probarse este vino de altura

- y lo mejor para ello, es llegarse al Mercado de Ruzafa, y muy cerca de él, en la c/ Reina Doña María (no tiene pérdida, sólo es una manzana), allí está Entrevins.



Quien va, repite, así que... que aproveche.

1 comentario:

  1. Y allí, en Entrevins, nos espera Guillaume para enseñarnos un poco de todo lo que sabe de vinos, y saber, sabe mucho, ya que fue sumiller (del francés sommelier) del restaurante Ca Sento (de aquí).
    Y comparto la opinión, los primeros vinos blanco y tinto que tomamos de Barranco Oscuro hay que probarlos por lo distintos que son a los demás.

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