Hace algo más de 30 años, en aquel periódico que en su momento impulsó un anterior Ministro de Información y Turismo, cuando la presidencia del Gobierno la ejercía la misma persona que la Jefatura de Estado, y tiene un nombre con referencias larrainas (sí, estoy hablando de aquí, España), se publicó una entrevista por parte de un tal Josep Alemany con Carlos Semprún Maura.
La entrevista está disponible en Internet (a pesar de que entonces lo que no estaba disponible era Internet – no que no existiera, más o menos), generada a partir de una aplicación de ésas de reconocimiento de textos a partir de la copia de que dispusieran en el archivo del periódico. Sin embargo, lo que no tenían disponible era un revisor del texto para corregir lo que la máquina pudiera hacer mal, y claro, la máquina ha hecho mal algunas cosas. No obstante, se consigue leer sin mayores trabas, e incluso se produce eso que no sé quién decía de que las erratas enriquecían el texto; en concreto, al hablar de su ensayo Revolución y contrarrevolución en Cataluña, se hace referencia a una «versión zatalana».
Resulta curiosa, vista treinta años después, una de las preguntas: “A pesar de existir montañas de libros sobre la guerra civil, ¿qué le movió a escribir sobre la revolución y contrarrevolución en Cataluña? ¿No está el tema agotado?”
E interesante la pregunta final:
“¿Qué acontecimientos han determinado su evolución, desde la servidumbre voluntaria en el PCE, FLP y otras organizaciones que se pretendían de extrema izquierda hasta sus posiciones antiautoritarias de hoy?”
No sé si el periodista se dio cuenta de que en la pregunta, implícitamente, calificaba como posiciones autoritarias al comunismo y similares, pero ante la duda, Carlos Semprún Maura le dio cumplida respuesta con la frase que cierra la entrevista:
“Dicha evolución me ha conducido a ser hoy un anticomunista no visceral, sino reflexivo, porque considero que eso que llaman comunismo en los papeles constituye el mayor peligro de totalitarismo que existe en el mundo.”
Hoy, en las páginas de ese mismo periódico, una semana después de sucedido, han dado noticia del fallecimiento de Carlos Semprún Maura, mediante un obituario de un tal Felipe Nieto, historiador, cuya existencia hasta ahora no me era conocida.
No sé quién habrá hecho la maquetación del artículo, pero destacar con el título “Un giro hacia la derecha” la parte del artículo que empieza con “Militante comunista para la lucha antifranquista, colabora con su hermano Jorge, ya veterano, como agente clandestino del PCE en Madrid, en los años cincuenta, en tareas de instructor de los jóvenes universitarios afiliados al PCE.”, sabiendo que en general, es lo único que se lee, me parece una ligera manipulación.
Eso sí, el autor del artículo no puede dejar de reconocer, aunque implícitamente, como se había hecho treinta años antes, el carácter antidemocrático del comunismo y similares:
“Comenzaría a partir de esos momentos una lenta revisión de su pasado militante, en una operación progresiva que le lleva hasta el otro extremo del espectro político. Junto a la aceptación de los valores del sistema democrático, del liberalismo y del capitalismo, buena parte de la extensa obra escrita por Carlos Semprún ha estado dedicada a la denuncia, en tono desenfadado y poco matizado en ocasiones, de las ideas por las que luchó y de las personas con quienes las compartió.”
Naturalmente, no se finaliza el obituario sin repartir estopa a la derecha, pero eso, tratándose de un historiador, es otra historia.
La entrevista está disponible en Internet (a pesar de que entonces lo que no estaba disponible era Internet – no que no existiera, más o menos), generada a partir de una aplicación de ésas de reconocimiento de textos a partir de la copia de que dispusieran en el archivo del periódico. Sin embargo, lo que no tenían disponible era un revisor del texto para corregir lo que la máquina pudiera hacer mal, y claro, la máquina ha hecho mal algunas cosas. No obstante, se consigue leer sin mayores trabas, e incluso se produce eso que no sé quién decía de que las erratas enriquecían el texto; en concreto, al hablar de su ensayo Revolución y contrarrevolución en Cataluña, se hace referencia a una «versión zatalana».
Resulta curiosa, vista treinta años después, una de las preguntas: “A pesar de existir montañas de libros sobre la guerra civil, ¿qué le movió a escribir sobre la revolución y contrarrevolución en Cataluña? ¿No está el tema agotado?”
E interesante la pregunta final:
“¿Qué acontecimientos han determinado su evolución, desde la servidumbre voluntaria en el PCE, FLP y otras organizaciones que se pretendían de extrema izquierda hasta sus posiciones antiautoritarias de hoy?”
No sé si el periodista se dio cuenta de que en la pregunta, implícitamente, calificaba como posiciones autoritarias al comunismo y similares, pero ante la duda, Carlos Semprún Maura le dio cumplida respuesta con la frase que cierra la entrevista:
“Dicha evolución me ha conducido a ser hoy un anticomunista no visceral, sino reflexivo, porque considero que eso que llaman comunismo en los papeles constituye el mayor peligro de totalitarismo que existe en el mundo.”
Hoy, en las páginas de ese mismo periódico, una semana después de sucedido, han dado noticia del fallecimiento de Carlos Semprún Maura, mediante un obituario de un tal Felipe Nieto, historiador, cuya existencia hasta ahora no me era conocida.
No sé quién habrá hecho la maquetación del artículo, pero destacar con el título “Un giro hacia la derecha” la parte del artículo que empieza con “Militante comunista para la lucha antifranquista, colabora con su hermano Jorge, ya veterano, como agente clandestino del PCE en Madrid, en los años cincuenta, en tareas de instructor de los jóvenes universitarios afiliados al PCE.”, sabiendo que en general, es lo único que se lee, me parece una ligera manipulación.
Eso sí, el autor del artículo no puede dejar de reconocer, aunque implícitamente, como se había hecho treinta años antes, el carácter antidemocrático del comunismo y similares:
“Comenzaría a partir de esos momentos una lenta revisión de su pasado militante, en una operación progresiva que le lleva hasta el otro extremo del espectro político. Junto a la aceptación de los valores del sistema democrático, del liberalismo y del capitalismo, buena parte de la extensa obra escrita por Carlos Semprún ha estado dedicada a la denuncia, en tono desenfadado y poco matizado en ocasiones, de las ideas por las que luchó y de las personas con quienes las compartió.”
Naturalmente, no se finaliza el obituario sin repartir estopa a la derecha, pero eso, tratándose de un historiador, es otra historia.
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