Cuando un relato se
titula El problema final, y dos de
los personajes principales se acercan mucho al borde de un precipio, especialmente
si éste se abre sobre las Cataratas de Reichenbach, está claro que algo
finaliza.
Ésta era la intención de
Arthur Conan Doyle en relación con su ¿personaje? de Sherlock Holmes, aunque
acabó rindiéndose ante el clamor popular, y recuperó las narraciones del famoso
detective. Eso sí, la cesión tardó en llegar (1901), y además, lo hizo con una
historia anterior al emocionante viaje a Suiza: El perro de los Baskerville.
La fama del binomio Conan
Doyle-Holmes ha acabado mostrándose de varias maneras:
- Arthur Conan Doyle llegó
a actuar como su propio detective en un caso real de una persona cuya condena
en juicio no le convenció, y no paró hasta conseguir reabrir el caso y revisar,
satisfactoriamente, la condena, como nos narró Julian Barnes (2005).
- En un guiño humorístico,
como médico, ha sido el equivalente del doctor Watson en unas obras de Gyles
Brandreth (2007) en las que Sherlock Holmes es Oscar Wilde.
- Por su parte, se ve Sherlock
Holmes tuvo algún problema con el pasaporte (bueno, o de derechos de autor), de
modo que actuó un par de ocasiones en Francia, aunque bajo el nombre de Herlock
Sholmes, como nos narró Maurice Leblanc (1908).
- Una afición de Holmes
que nos mostró Raymond Smullyan (1979) es el ajedrez, aunque jugado de una
manera un tanto extraña.
- Un personaje, en
principio secundario, es el ama de llaves, la señora Hudson, la cual se
convierte en el ‘detective’ que principalmente resuelve el misterio de los espíritus,
según nos relató Martin Davies (2004).
- Ya en España,
recientemente ha sido protagonista de un par de novelas, bien directamente, en
casos en que lo imposible es eliminar y descartar lo imposible, recuperados
para nosotros por Rodolfo Martínez (1996); o bien, en curioso cierre del
círculo, regresando a Suiza, acompañado en esta ocasión por un irregular, un
tal Charles Chaplin, como se relata en un manuscrito encontrado por Rafael Marín
(2005).
Por tanto, con esta vida
tan ajetreada, no es de extrañar que en algún momento acabara recalando en Madrid, aunque eso será el próximo viernes día 7.
Créditos:
Cubiertas de varios de
los libros mencionados.
También tienes este otro libro de Caleb Carr, el autor de El Alienista. Lo leí hace años pero no puedo comentarlo porque no recuerdo nada de él.
ResponderEliminarYa lo he puesto en estante correspondiente para que coja turno.
Un saludo
Conan Doyle también participó, ayudando a la policía, en la búsqueda de Agatha Christie durante su famosísima desaparición.
ResponderEliminarEl otro dí leí que una mujer había participado en la búsqueda de... ella misma.
EliminarEstuvieron buscándola, estuvo buscándose, toda una mañana hasta que volvieron a contarse y vieron que estaban todos.
Algo pasó con los pasajeros de un autobús, no me enteré muy bien.
Podría decir que me perdí pero no lo haré por si tengo que poner a buscarme.
Un saludo
Sí, mejor tú estate quietecito y siempre a la vista.
EliminarEl libro del que habla Caraguevo me lo regaló S.Cid creo que el año pasado, y lo leí hace no hace tanto... El recuerdo que tengo es que el estilo "Sherlock" estaba bastante logrado. No es opinión de experta, -no soy "seguidora" fanática, sólo mera aficionada al detective-, pero para mí los personajes no desentonaban con los originales y la historia tenía un aire a Doyle. Lo leí con agrado, en definitiva. La solución del caso... Bueno, no desvelo nada, para el que no lo haya acabado. Ya se sabe que de las novelas de detectives no hay que hablar demasiado...
ResponderEliminarLa peli tiene su punto curioso. No sé si encontraré partenaire para ir a verla al cine, pero "la esperaré" en la tele.
Caraguevo: lo de la mujer buscándose a sí misma es surrealista total. Ja, ja,... Ya digo yo que la realidad a menudo supera la fantasía...