miércoles, 3 de agosto de 2011

No me río del olvido

[8 – Invasión de la Península por Tariq]
(…)
Él
[Tariq] entonces fue a Ceuta y pasó en dos barcos de él (de Yulyan) en dirección a una montaña y fondeó cerca de ella. Se la denominó, con su nombre, Montaña de Tariq (Yabal Tariq > Gibraltar) hasta ahora. Y eso aconteció en el año 92 de la hégira (710/711).
(Tariq) encontró algunos cristianos apostados en un lugar bajo [de la costa] en el que había decidido el desembarco a tierra firme, pero ellos se lo impidieron. Él, entonces, se apartó de allí durante la noche hacia un lugar abrupto, que él allanó con los remos y las albardas de las monturas; de él descendió a campo abierto, mientras ellos (los cristianos) no lo sabían. En ese punto lanzó una algara contra ellos y cayéndoles encima los hizo su presa. Y partió hacia Córdoba, después de que hubo quemado los barcos y dicho a sus compañeros: «Combatid o morid».
Luego [Tariq] se encontró con una vieja que le dijo: «Yo tenía un marido sabio en la adivinación, que sabía bien que pasaría un hombre de tus características, de cabeza prominente y un lunar en su hombro, y en él hay una marca de que será para él la gloria». Entonces [Tariq] les descubrió a ellos (a sus hombres) el lunar y la marca. La gente entonces se felicitó de aquello y se enardeció con ello.

[9 – Salida de Rodrigo con su ejército]
Cuando las nuevas de él llegaron a Rodrigo, [éste] salió a su encuentro con cien mil caballeros. Tenía consigo [además] carretas que llevaban riquezas y vestidos. Él [iba] en una litera, que llevaban tres mulas enganchadas, sobre la que había un abovedado dosel coronado con perlas y jacintos. Sobre su cuerpo [llevaba] una túnica [recamada] de perlas que habían sido enhiladas con hilos de seda, y con él [traía] cantidad de acémilas, que no cargaban sino las sogas para los cautivos, puesto que no dudaba de su captura.

[10 – Proceder de Musa en el momento de la invasión]

Musa ibn Nusayr, cuando hizo pasar a Tariq (a al-Andalus), se había puesto a invocar, a llorar y a rogar a Dios Altísimo, y a implorarle que socorriese al ejército de los musulmanes. Y no se ha sabido que su ejército tuviese jamás una derrota.

[11 – Espionaje cristiano y ardid musulmán]

[Entretanto] Rodrigo partió directamente a Córdoba deseando habérselas con Tariq. Cuando ambos estuvieron cerca, Rodrigo escogió a un hombre valiente, experto en los combates y en sus argucias, y le ordenó que se metiese en el ejército de Tariq y viese sus características y su aspecto. Entonces él avanzó hasta entrar en el campamento de los musulmanes, pero Tariq, reparando en él, ordenó que la carne de algunos muertos fuese troceada y cocida. La gente cogió los muertos, cortaron su carne y la cocieron, y el enviado de Rodrigo no dudó que ellos la comían.
Cuando cayó la noche, Tariq ordenó quitar aquella carne y enterrarla, y [ordenó] degollar vacas y ovejas y poner su carne en aquellas marmitas.
Por la mañana despertaron las gentes y se las convocó para compartir la comida. Entonces comieron de ella y el enviado de Rodrigo comió en su compañía. Cuando terminaron, el enviado marchó a [donde] Rodrigo y le dijo: «Ha llegado a ti una nación que come la carne de los muertos de los hijos de Adán, sus características son las características que encontramos en la Casa Sellada. Han pegado fuego a sus barcos y se han preparado para la muerte o la conquista».
Entonces Rodrigo y su ejército experimentaron dudas de inquietud que no habían sospechado.

[12 – Victoria musulmana]

Enseguida el encuentro fue para él inevitable; así, pues, ambos se acometieron el día del domingo. Los musulmanes combatieron con brío en la pelea y cargaron denonadamente como un solo hombre contra los politeístas, que Dios había abandonado y a los que hacía temblar sus piernas, mientras los musulmanes los perseguían matando y cautivando; sin embargo, no se supo de su rey Rodrigo noticia [alguna], ni aparecieron sus trazas. Se ha dicho que echando pie a tierra quiso esconderse en la orilla del río, pero cayó en una poza y ahogándose en ella murió. Por esta razón fue encontrado en ella [en la orilla] uno solo de sus botines, recamado de perlas y de jacintos aún con los cordones, que se había escurrido de su pie.
Fue evaluado el botín en más de cien mil dinares, pues su campamento fue saqueado. El ejército de los musulmanes, entonces, se expandió por la Península a derecha e izquierda.
De todo lo que se consiguió como botín, tomó Tariq un quinto para el tesoro público y distribuyó las cuatro quintas partes [restantes] a todo aquel que de los musulmanes asistió al combate, de lo que resultó una gran riqueza, pues las manos de los musulmanes se llenaron. Las gentes de cada sitio se hicieron lengua de ello y vinieron a él del Este y del Oeste.
La noticia llegole a Musa por un mensaje de Tariq, entonces Musa escribió acerca de ello a Al-Walid.


El hecho histórico acontecido hace justo 13 siglos, es decir, la Batalla de Guadalete, haciendo honor a la etimología del nombre del río, no ha tenido cumplida reseña en estas páginas cuando tocaba. Vamos, cosas del olvido.

Y no, no es para olvidarlo.

Nota:
Por los párrafos finales del artículo de la Wikipedia parece que hay quienes cuestionan lo hasta ahora conocido, “considerando mítica y poco verosímil la invasión militar árabe”, haciendo referencia a las disensiones en el reino visigodo así como a “un proceso de orientalizacion del sur y este peninsular a la par de degradación de la cultura latina, en retroceso”.
No soy experto en la materia, y por eso, precisamente, me viene muy bien disponer de una fuente árabe (que ha sido la que me ha espoleado la memoria).

Créditos:
Extractos de Historia de al-Andalus, de Ibn al-Kardabus, según la traducción de Felipe Maíllo Salgado (de 1986), tomados de la edición de Akal de 2011.

2 comentarios:

  1. Puestos a reescribir la historia en todos sus ámbitos, no sería de extrañar que la invasión musulmana y la hégira padecida, sea un invento carpetovetónico y fascista alejado de lo que en realidad fue : un Abrazo de Civilizaciones en toda regla entre los entreñables musulmanes y los visigodos de lo época.

    Saludos.

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  2. Aunque eso es lo que me decidió a traer aquí una historia árabe, tienes razón: en breve, don Julián será una mente preclara que sabía lo que había que hacer, y don Oppas un cnvencido (aunque fuera en el último momento, pero ahí está la Gracia Civilizadora).
    Sí, eso sería.

    ¿Lo del abrazo del oso es otra cosa, verdad?

    Un saludo.

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