A finales del pasado mes de julio me enteré de la publicación en La Razón de un artículo de César Vidal Manzanares sobre la División Azul, oficialmente División Española de Voluntarios, identificada con el número 250 una vez integrada en la estructura militar en el frente ruso, durante la II Guerra Mundial.
La primera vez que leí algo de la División Azul fue (aparte de breves reseñas en una obra sobre la II Guerra Mundial de la biblioteca paterna -obra de la que sólo recuerdo una fotografía en la que se veía un divisionario y un cartel anunciando una corrida de toros no sé dónde-), en la novela de Tomás Salvador titulada División 250, de la que, para compensar, no recuerdo nada. Dicha novela también formaba parte de la biblioteca paterna, en una edición de Círculo de Lectores que, según he comprobado, cumple ahora cuarenta años. Precisamente así, División 250, es como se titula el artículo antedicho.
El artículo no es que diga gran cosa sobre la División Azul, y su interés está más en que sirve como excusa para seguir ‘a lo suyo’:
“Como tantos episodios de la Historia de España, éste ha sido objeto del ennegrecimiento, del blanqueo y del olvido. (…) Para los partidarios del blanqueo –¡hay algún sandio que incluso se empeña en decir que los cuarenta fueron una buena década!– los divisionarios no tenían nada que ver con el III Reich y casi, casi marcharon a combatir a Rusia en solitario y empeñados únicamente en acabar con Stalin.
(…)
Franco –que, a la sazón, insistía en que su estado era totalitario, digan lo que digan sus apologistas actuales–”
Poco después, Pío Moa publicaba una anotación sobre la División Azul en Presente y Pasado, su blog alojado entre los ‘oficiales’ de Libertad Digital. Dicha anotación recoge un “texto leído en las Jornadas de historia sobre la División Azul, del 24 de junio pasado”, lógicamente, muy diferente al artículo anterior, al que no hace, por otro lado, ninguna referencia.
El caso es que el tema hizo que recordara que tenía pendiente de conseguir el primer volumen de Fernando Vadillo sobre la División Azul. Lo rebusqué entre lo que tenía apuntado en iberlibro, lo pedí, y esta mañana lo he recogido en Correos.
“Por los años 60 se desarrolló en España un sentimiento de abierta simpatía hacia el comunismo en ciertos medios universitarios, clericales e intelectuales, que chocaba con un anticomunismo anterior muy extendido.
(…)
Es decir, desde los que podemos llamar sentimientos ideológicos desarrollados en y desde los años 60, se hace difícil la comprensión del espíritu que llevó a la División Azul.”
En relación con estas expresiones de Pío Moa, llama la atención, precisamente, que el referido libro, Orillas del Voljov, se publicara en 1967, es decir, cuando más arraigo podía tener justo lo contrario de lo que transmite el libro.
“«2 de agosto. Hoy han empezado a entregarnos el armamento. He recibido carta de mi hermana Maruja. Me dice que nuestra madre está más tranquila y me pregunta si puede mandarme algún paquete con ropa y alimentos. ¿Para qué? Aquí estamos bien alimentados, y fardamos como generales…»
«12 de agosto. En las oficinas de las Compañías nos han abonado los haberes. Por cada día en retaguardia nos pagan un marco. Y nos dicen que en el frente nos abonarán el doble, y que la misma cantidad les será remitida a nuestras familias…»”
En estas fechas se cumplen exactamente 70 años de la incorporación de la División Azul a la Campaña de Rusia, durante la II Guerra Mundial.
“No eran nazis, pero sí sentían una simpatía innegable por un Reich que estaba humillando a naciones democráticas como Francia o Gran Bretaña y golpeando ahora a la URSS.”
En lo que he podido hojear del principio del libro, tengo que decir que esta afirmación del señor Vidal Manzanares no se sostiene, o al menos, no con las intenciones (‘a lo suyo’) con las que la dice: todas las referencias y explicaciones son única y exclusivamente sobre el comunismo, y la lucha contra él (de hecho, el Libro Primero de la novela se titula Rusia es culpable); ninguna mención a ningún otro país ni a la democracia como objetivo contra el que luchar.
En lo que sí estoy de acuerdo del artículo del señor Vidal Manzanares (tal vez lo único) es su frase final.
“Descansen todos ellos en paz.”
Amén.
Créditos:
Portada, y extracto del Capítulo II Auf Wiedersehen, Grafenwöhr, de la obra de Fernando Vadillo Orillas del Voljov, tomados de su primera edición (octubre de 1967), publicada por Ediciones Marte.
La primera vez que leí algo de la División Azul fue (aparte de breves reseñas en una obra sobre la II Guerra Mundial de la biblioteca paterna -obra de la que sólo recuerdo una fotografía en la que se veía un divisionario y un cartel anunciando una corrida de toros no sé dónde-), en la novela de Tomás Salvador titulada División 250, de la que, para compensar, no recuerdo nada. Dicha novela también formaba parte de la biblioteca paterna, en una edición de Círculo de Lectores que, según he comprobado, cumple ahora cuarenta años. Precisamente así, División 250, es como se titula el artículo antedicho.
El artículo no es que diga gran cosa sobre la División Azul, y su interés está más en que sirve como excusa para seguir ‘a lo suyo’:
“Como tantos episodios de la Historia de España, éste ha sido objeto del ennegrecimiento, del blanqueo y del olvido. (…) Para los partidarios del blanqueo –¡hay algún sandio que incluso se empeña en decir que los cuarenta fueron una buena década!– los divisionarios no tenían nada que ver con el III Reich y casi, casi marcharon a combatir a Rusia en solitario y empeñados únicamente en acabar con Stalin.
(…)
Franco –que, a la sazón, insistía en que su estado era totalitario, digan lo que digan sus apologistas actuales–”
Poco después, Pío Moa publicaba una anotación sobre la División Azul en Presente y Pasado, su blog alojado entre los ‘oficiales’ de Libertad Digital. Dicha anotación recoge un “texto leído en las Jornadas de historia sobre la División Azul, del 24 de junio pasado”, lógicamente, muy diferente al artículo anterior, al que no hace, por otro lado, ninguna referencia.
El caso es que el tema hizo que recordara que tenía pendiente de conseguir el primer volumen de Fernando Vadillo sobre la División Azul. Lo rebusqué entre lo que tenía apuntado en iberlibro, lo pedí, y esta mañana lo he recogido en Correos.
“Por los años 60 se desarrolló en España un sentimiento de abierta simpatía hacia el comunismo en ciertos medios universitarios, clericales e intelectuales, que chocaba con un anticomunismo anterior muy extendido.
(…)
Es decir, desde los que podemos llamar sentimientos ideológicos desarrollados en y desde los años 60, se hace difícil la comprensión del espíritu que llevó a la División Azul.”
En relación con estas expresiones de Pío Moa, llama la atención, precisamente, que el referido libro, Orillas del Voljov, se publicara en 1967, es decir, cuando más arraigo podía tener justo lo contrario de lo que transmite el libro.
“«2 de agosto. Hoy han empezado a entregarnos el armamento. He recibido carta de mi hermana Maruja. Me dice que nuestra madre está más tranquila y me pregunta si puede mandarme algún paquete con ropa y alimentos. ¿Para qué? Aquí estamos bien alimentados, y fardamos como generales…»
«12 de agosto. En las oficinas de las Compañías nos han abonado los haberes. Por cada día en retaguardia nos pagan un marco. Y nos dicen que en el frente nos abonarán el doble, y que la misma cantidad les será remitida a nuestras familias…»”
En estas fechas se cumplen exactamente 70 años de la incorporación de la División Azul a la Campaña de Rusia, durante la II Guerra Mundial.
“No eran nazis, pero sí sentían una simpatía innegable por un Reich que estaba humillando a naciones democráticas como Francia o Gran Bretaña y golpeando ahora a la URSS.”
En lo que he podido hojear del principio del libro, tengo que decir que esta afirmación del señor Vidal Manzanares no se sostiene, o al menos, no con las intenciones (‘a lo suyo’) con las que la dice: todas las referencias y explicaciones son única y exclusivamente sobre el comunismo, y la lucha contra él (de hecho, el Libro Primero de la novela se titula Rusia es culpable); ninguna mención a ningún otro país ni a la democracia como objetivo contra el que luchar.
En lo que sí estoy de acuerdo del artículo del señor Vidal Manzanares (tal vez lo único) es su frase final.
“Descansen todos ellos en paz.”
Amén.
Créditos:
Portada, y extracto del Capítulo II Auf Wiedersehen, Grafenwöhr, de la obra de Fernando Vadillo Orillas del Voljov, tomados de su primera edición (octubre de 1967), publicada por Ediciones Marte.
Nada nos importa el frío/ tenemos la sangre ardiente,/ si se nos hiela el fusil/ el machete es suficiente/ para que el mundo se entere/ que el soldado español/ sabe morir en la nieve/ y lo mismo que cara al sol».
ResponderEliminarEsa era una de las canciones que cantaban los voluntarios de la División Azul.
«Si ves a un soldado que va descamisado, decía Muñoz Grandes, cuando lo veais, saludadle, que es un héroe», cuenta el general Díaz del Río, que fue con los Zapadores.
Y sí que eran héroes. Luchaban contra el comunismo, ese cáncer que provocó la guerra civil en España y que ha causado más de 100 millones de muertos a lo largo del siglo XX.
Ahora se estiman que quedan 500 divisionarios vivos y 70 años después, los supervivientes cuentan su paso por la División Azul como la gran experiencia de su vida.
Saludos.
Natalia: la alabanza que comentas dicha por Muñoz Grandes, la tenía yo entendida como dicha por un alemán, eso sí, respecto de los divisionarios españoles. Lo confirmo y ya comentaré algo por aquí.
ResponderEliminarComo bien dices, fueron a luchar contra el comunismo. Cualquier otra derivada que se quiera señalar, aun cuando sea por César Vidal, son ganas de deformar la realidad.
Un saludo.
Conocí de niño a un señor mayor que paraba en el bar de mi padre que fue de voluntario con la División Azul a luchar contra los comunistas a Rusia. Hablaba de ese duro episodio de su vida como lo más importante que había vivido, se le encendía la mirada, gesticulaba con los brazos. Era una persona bastante respetada. Recuerdo que iba siempre impecablemente vestido, que fumaba en pipa y que usaba una colonia que me encantaba. Después, descubrí que la colonia que usaba era Varón Dandy.
ResponderEliminarC. Vidal respira por la herida que le abrió inmisericordemente Pio Moa. Ese ya no levanta cabeza.
ResponderEliminarHoy viendo internet he visto esta pagina, sin entrar en ningun tipo de polemica y como hijo de un divisionario (que por cierto aparece en este libro "Orillas del Voljov" mi padre era el Sargento Odilo Martinez Alvarez") si me gustaria matizar algunas cosas que he leido y he interpretado.
ResponderEliminar1 - la famosa frase, no es de Muñoz Grandes, si no del General de Artillería Jürgens, Comandante General del XXXVIII Cuerpo de Ejército de la Wehrmacht y la frase exacta es "Si en el frente os encontráis a un soldado mal afeitado, sucio, con las botas rotas y el uniforme desabrochado, cuadraos ante él, es un héroe, es un soldado español"
2 - mi padre no fue a la division azul a luchar con los nazis por simpatia hacia ellos, si no a luchar contra el comunismo, que el cria que era el culpable de la guerra civil española
Repito no quiero entrar en ningun tipo de polemica, mi padre me inculco una serie de principios de los que estoy muy orgulloso, uno de ellos era que podria estar o no de acuerdo con otras opiniones pero que debia respetarlas, por tanto digo que no estoy de acuerdo con la opnion de que los soldados de la division azul fueron por sinpatia con los nazis, puesto que esto me lo confirmo mi padre y muchos de sus compañeros de armas, pero siguiendo la enseñanza que el me inculco, respeto la opinion
Hola apjlmr.
ResponderEliminarMuchas gracias por aclararnos el autor de la frase, pues, aunque ya apuntaba que tenía entendido que era de un alemán, no había podido identificarlo con certeza.
Igualmente, por confirmar que, al menos mayoritariamente, el motivo del alistamiento era ir a luchar contra el comunismo.
Precisamente por haber entendido eso de lo hojeado en el libro (y de otras lecturas), quise destacar el error del señor Vidal Manzanares, ya que él no nos muestra una opinión suya (lo que sería respetable), sino que afirma categóricamente un hecho.
Muchas gracias de nuevo por las aclaraciones y por participar, bienvenido a este diario en la red, y enhorabuena por un padre que se preocupó de trasladar unos principios, y por, respetándolos, ser digno hijo de él.
Un saludo.
Gracias posodo por la respuesta. Te indico que aparte de "Orillas del Voljov", existen otros dos libros de Fernando Vadillo referentes al mismo tema (independientemente de los escritos sobre la division azul) de los españoles en el frente del Este, que son "Arrabales de Leningrado" y "Lucharon en Krasny Bor",
ResponderEliminarBueno, y la Balada final de la División Azul.
ResponderEliminarDe nada, y un saludo.
Gracis ese no lo conocia
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