Ayer se publicó en El Mundo un artículo de Fernando Sánchez Dragó sobre “el tema”.
De Fernando Sánchez Dragó he leído lo justo, no de justicia, sino de ajustado. Tengo todavía en un estante (ahora ni siquiera sé cuál), su Gárgoris y Habidis, en los preceptivos dos tomos, de Argos-Vergara, comprados el día de San Esteban de 1983,… y ahí sigue. Aún no he podido hincarle el diente.
No voy a comentar aquí sobre la ‘literaturidad’ o no de un fragmento de un libro que no he leído y tampoco llevo intención de comprar. No voy a comentar aquí aspectos sobre si la supuesta realidad del tema es censurable o no, porque todo depende no de la acción, sino de quién cometa la acción, como se está viendo. Mi opinión es que el ser humano no es sólo (Bibi-)biología, y por tanto, que la civilización haya permitido la existencia en esta especie animal de la infancia y la adolescencia, es un éxito (en este caso, sí es un progreso) que no debería echarse a perder, como se empeñan en hacer precisamente quienes critican al mozo en cuestión. Y sin entrar en cuestiones de trascendencia y moral.
Esta anotación la traigo porque Bradbury estaría triste de ver que su novela lleva camino de convertirse en realidad.
Según publica El Mundo, un grupo (o banda, según se mire) de librerías de Valencia han decidido retirar de su fondo no sólo este libro, sino todos los de Sánchez Dragó. Me parece muy bien que cada uno haga de su capa un sayo, si le parece. Es su negocio, y lo gestionan como les alcanza su inteligencia.
El problema es el Gremi de Llibrers de Valencia: “La asociación como tal no ha emitido ningún comunicado ni ha dado ninguna directriz al respecto pero sí han invitado al resto de librerías a retirar 'Dios los cría...'”.
Esta asociación se ha cuidado muy mucho de dictar instrucciones censoras, pero el ramalazo le ha salido igual con su ‘invitación’. No obstante, también lo veo bien: se trata de una asociación, y llevan el negocio como les alcanza la inteligencia de sus socios, directivos, mandamases o lo que sea.
Eso sí, si para la Feria del Libro de Valencia que ellos organizan (por lo que creo que ya está claro el motivo por el que no la visito), no reciben todo el dinero público que quieren, son los primeros que hablan de censura.
Créditos:
Fotografía de Fernando Sánchez Dragó, tomada de la página de El Mundo de su artículo (27 octubre 2010).
De Fernando Sánchez Dragó he leído lo justo, no de justicia, sino de ajustado. Tengo todavía en un estante (ahora ni siquiera sé cuál), su Gárgoris y Habidis, en los preceptivos dos tomos, de Argos-Vergara, comprados el día de San Esteban de 1983,… y ahí sigue. Aún no he podido hincarle el diente.
No voy a comentar aquí sobre la ‘literaturidad’ o no de un fragmento de un libro que no he leído y tampoco llevo intención de comprar. No voy a comentar aquí aspectos sobre si la supuesta realidad del tema es censurable o no, porque todo depende no de la acción, sino de quién cometa la acción, como se está viendo. Mi opinión es que el ser humano no es sólo (Bibi-)biología, y por tanto, que la civilización haya permitido la existencia en esta especie animal de la infancia y la adolescencia, es un éxito (en este caso, sí es un progreso) que no debería echarse a perder, como se empeñan en hacer precisamente quienes critican al mozo en cuestión. Y sin entrar en cuestiones de trascendencia y moral.
Esta anotación la traigo porque Bradbury estaría triste de ver que su novela lleva camino de convertirse en realidad.
Según publica El Mundo, un grupo (o banda, según se mire) de librerías de Valencia han decidido retirar de su fondo no sólo este libro, sino todos los de Sánchez Dragó. Me parece muy bien que cada uno haga de su capa un sayo, si le parece. Es su negocio, y lo gestionan como les alcanza su inteligencia.
El problema es el Gremi de Llibrers de Valencia: “La asociación como tal no ha emitido ningún comunicado ni ha dado ninguna directriz al respecto pero sí han invitado al resto de librerías a retirar 'Dios los cría...'”.
Esta asociación se ha cuidado muy mucho de dictar instrucciones censoras, pero el ramalazo le ha salido igual con su ‘invitación’. No obstante, también lo veo bien: se trata de una asociación, y llevan el negocio como les alcanza la inteligencia de sus socios, directivos, mandamases o lo que sea.
Eso sí, si para la Feria del Libro de Valencia que ellos organizan (por lo que creo que ya está claro el motivo por el que no la visito), no reciben todo el dinero público que quieren, son los primeros que hablan de censura.
Créditos:
Fotografía de Fernando Sánchez Dragó, tomada de la página de El Mundo de su artículo (27 octubre 2010).
¿Han invitado a retirar "Lolita"?
ResponderEliminarVes los nombres de las libreías y lo entiendes, La muixaranga y demás cutrerío pancatalanista radical.
Yo, de Sánchez Dragó, sólo he leído artículos de prensa y he visto su programa de TeleMadrid alguna vez.
Y le estoy agradecido porque me descubrió a Carlos Salem.
Y hasta ahí puedo leer.
A mí me parece una polémica indigna de un país europeo y desarrollado. En Francia, in ir más lejos, esto sería impensable. Por eso, y por otras cosas, me reafirmo en que hoy por hoy, España es un país analfabeto.
ResponderEliminarTitulas tu anotación de hoy con la palabra censura y ésta es, en efecto, parte importante del texto; sin embargo, no es el hecho que mueve a la censura lo que me anima a mí a escribir este comenario, sino el hecho en sí integrado en un conjunto de hechos que van todos hilados y bien hilados: Sánchez Dragó, el alcalde de Valladolid, Pérez Reverte..., puede que sean todos imbéciles perdidos y se hayan puesto de acuerdo o puede que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (que decía el otro morritos) se toman los cabos sueltos, se enmarañan bien unos con otros, se les da aire desde los medios amigos y ya tenemos a la derechona de siempre, machista, retrógrada y bla, bla, bla.
ResponderEliminarTienen las elecciones perdidas (de momento y no porque Marianico haya movido un dedo para ello) y de aquí a que se celebren vamos a tener mucho lío, mucha maraña y mucho, mucho juego sucio.