La pasada semana durante una comida de trabajo, o más bien, con compañeros del trabajo, uno de ellos nos planteó un hecho histórico poco conocido, como fue la presencia de España en Vietnam. Le dije que eso era sabido, de cuando Isabel II, en la Cochinchina, con los franceses. Me contestó que no, más recientemente, con Franco.
Al día siguiente, uno de los presentes pudo localizar una referencia en internet, la cual me ha sido de mucha utilidad para situar los hechos. Que, breve y aproximadamente, son los siguientes:
Acabando el agosto de 1966, cubriendo la visita que realizaba a España el ministro de Sanidad de Vietnam del Sur, doctor Nguyen Bakhan, ABC informaba de que “el 6 de septiembre partirá con rumbo a Saigón un equipo español de doce sanitarios que prestarán sus servicios en el Vietnam del Sur. (…) Ahora también España actuará en aquel país, cuyo estado sanitario se ha visto gravemente perturbado por la guerra.”
Efectivamente, el 6 de septiembre de 1966, a las cuatro de la tarde, salía el equipo médico, aunque constituido por trece personas, hacia Vietnam del Sur, como ABC publicaba al día siguiente (un pequeño recuadro, pero en la esquina superior derecha de una página impar, es decir, para que se viera).
El equipo médico se ubicó en un hospital en Go Cong, cerca de Saigón, sufriendo directa o indirectamente, los ataques del Vietcong a la capital, como por ejemplo, en febrero de 1968, dando pie a un recuadro en el ABC del día 9 de febrero informando de que “todos los miembros de la Misión se encuentran en perfecto estado, y no han sido afectados por los recientes acontecimientos ocurridos en aquel país”.
Un año antes, la Misión sanitaria era objeto de un reportaje de casi página y media, bajo el título de “Los médicos españoles se han ganado el afecto de la población de Go Cong”.
El reportaje lo firmaba Luis María Anson, pero la visita al hospital la hace acompañado de una tal Beatriz, que aún no sé quién era, aunque desde luego, no pasó desapercibida: “Es –dice el doctor Argimiro García Granados- la primera mujer blanca que nos visita”.
El reportaje nos va presentando a diversos miembros de la Misión sanitaria. Por ejemplo, el ya mencionado: “Es un gran tipo Argimiro García Granados. Gallego de pura cepa, algo socarrón, ecuánime, ponderado, calmoso y eficacísimo. Veterano de la guerra española, veterano de la División Azul [“El peligro aquí es grande. Yo solo puedo decir que ni en las trincheras en Rusia sentí tanta sensación de peligro como en Go Cong”] indiferente al peligro, es hombre que apenas puede ocultar su profunda bondad.”
O bien, “Ramón Gutiérrez de Terán, que es todo simpatía, semicolón soltero, practicante militar”; “Francisco Faunde Rodríguez es un médico. Joven y muy inteligente. Pertenece a esa juventud española de la concordia que dará a España un futuro en paz, en libertad y convivencia”; “Luciano Rodríguez y González, joven, soltero y sin compromiso, vive en Madrid y es todo corazón y generosidad”; “José Bravo López-Baños, hombre de desbordante simpatía”. Precisamente fue éste quien preparó para la comida “una magnífica paella”, momento de la visita en que los periodistas se relacionan con el resto de los integrantes de la Misión: Manuel Vázquez (“el políglota del grupo”), Francisco Pérez Pérez (de Valencia, “con cuatro hijos, uno de los cuales nació un mes antes de salir él para Vietnam”), Juan Pérez Gómez (“con seis hijos, el más pequeño, Leonardo, con seis años”), Juan Antón Barahona (“que desborda gracia andaluza”), y Joaquín Pas (“soltero y con ‘algo’ de novia en España”).
Leemos de sus necesidades, personales, médicas y como españoles (ésta la habitual en el extranjero): “Necesitamos más información de España, periódicos y libros”, “Hemos mejorado el hospital, pero es insuficiente. Necesitamos más medicinas”, “Hemos venido con lo puesto y una maleta de veinte kilos”, “Necesitamos un cónsul en Saigón. Ahora estamos aislados y dependemos en todo de los americanos”, “Ayer por la noche, de madrugada, recibimos a tres. Como no había luz, hubo que operarlos iluminados por una antorcha que casi incendia el oxígeno”, “El sesenta por ciento de la población son enfermos incurables (…) No damos abasto ni tenemos medios”,…
Pero no se quejan, y motivos, tal vez sí los tuvieran: “No nos quejamos de esta casa sin aire acondicionado, ni del calor, ni del peligro, pues el pueblo está cercado por el Vietcong y las carreteras cortadas”.
“Hasta el heroísmo personal están trabajando los médicos españoles. Y la población los quiere.”
Algo más de tres años después, la Misión sanitaria volvió a ser objeto de un reportaje, en esta ocasión, firmado por Salvador López de la Torre.
“La bandera española, flotando bajo el sol del delta del río Mekong, en el pueblecito de Go Cong, avisa que allí cumple su humanitaria tarea de aliviar de alguna manera el inmenso dolor de este pueblo una representación española compuesta por cuatro médico y siete practicantes de la Sanidad Militar.”
Del reportaje anterior seguían en su puesto el Comandante García Granados y el Capitán Rodríguez González, acompañados ahora por el Capitán Rojas y el Teniente Gálvez, y siete practicantes cuyos nombres no figuran en el reportaje.
“Nuestros médicos tienen excelentes relaciones con la población local, y a la cabecera de un enfermo vemos cómo el Capitán Rodríguez González sostiene una conversación perfectamente normal, en riguroso vietnamita, sin necesidad de refugiarse en la ayuda del francés. (…) Y el enfermo le da las gracias al ‘tay ban nha’, al español.”
Un aspecto que, según parece, caracterizó especialmente a la misión española también se recoge en el reportaje: “Las relaciones que nuestros médicos han tenido con algún paciente vietcong capturado en la zona son, como es natural, exactamente las mismas que con el resto de los enfermos.”
“Nuestros médicos han hecho un esfuerzo meritorio de paciencia y de aplicación para cumplir mejor su misión.”
Y por lo que se ve, la cumplieron y muy bien.
Buscando en internet he localizado referencias a esta Misión en dos foros de temas militares, El Gran Capitán y Mundomilitaria.
Lo que no he conseguido encontrar es noticia alguna relativa al regreso de la Misión sanitiaria y la finalización de sus acciones humanitarias en Vietnam del Sur.
Y como no es algo que deba caer en el olvido, aquí lo traigo.
Créditos:
Imágenes de las noticias publicadas en ABC, tomadas de su hemeroteca en internet.
Fotografías tomadas del foro de Mundomilitaria.
Al día siguiente, uno de los presentes pudo localizar una referencia en internet, la cual me ha sido de mucha utilidad para situar los hechos. Que, breve y aproximadamente, son los siguientes:
Acabando el agosto de 1966, cubriendo la visita que realizaba a España el ministro de Sanidad de Vietnam del Sur, doctor Nguyen Bakhan, ABC informaba de que “el 6 de septiembre partirá con rumbo a Saigón un equipo español de doce sanitarios que prestarán sus servicios en el Vietnam del Sur. (…) Ahora también España actuará en aquel país, cuyo estado sanitario se ha visto gravemente perturbado por la guerra.”
Efectivamente, el 6 de septiembre de 1966, a las cuatro de la tarde, salía el equipo médico, aunque constituido por trece personas, hacia Vietnam del Sur, como ABC publicaba al día siguiente (un pequeño recuadro, pero en la esquina superior derecha de una página impar, es decir, para que se viera).
El equipo médico se ubicó en un hospital en Go Cong, cerca de Saigón, sufriendo directa o indirectamente, los ataques del Vietcong a la capital, como por ejemplo, en febrero de 1968, dando pie a un recuadro en el ABC del día 9 de febrero informando de que “todos los miembros de la Misión se encuentran en perfecto estado, y no han sido afectados por los recientes acontecimientos ocurridos en aquel país”.
Un año antes, la Misión sanitaria era objeto de un reportaje de casi página y media, bajo el título de “Los médicos españoles se han ganado el afecto de la población de Go Cong”.
El reportaje lo firmaba Luis María Anson, pero la visita al hospital la hace acompañado de una tal Beatriz, que aún no sé quién era, aunque desde luego, no pasó desapercibida: “Es –dice el doctor Argimiro García Granados- la primera mujer blanca que nos visita”.
El reportaje nos va presentando a diversos miembros de la Misión sanitaria. Por ejemplo, el ya mencionado: “Es un gran tipo Argimiro García Granados. Gallego de pura cepa, algo socarrón, ecuánime, ponderado, calmoso y eficacísimo. Veterano de la guerra española, veterano de la División Azul [“El peligro aquí es grande. Yo solo puedo decir que ni en las trincheras en Rusia sentí tanta sensación de peligro como en Go Cong”] indiferente al peligro, es hombre que apenas puede ocultar su profunda bondad.”
O bien, “Ramón Gutiérrez de Terán, que es todo simpatía, semicolón soltero, practicante militar”; “Francisco Faunde Rodríguez es un médico. Joven y muy inteligente. Pertenece a esa juventud española de la concordia que dará a España un futuro en paz, en libertad y convivencia”; “Luciano Rodríguez y González, joven, soltero y sin compromiso, vive en Madrid y es todo corazón y generosidad”; “José Bravo López-Baños, hombre de desbordante simpatía”. Precisamente fue éste quien preparó para la comida “una magnífica paella”, momento de la visita en que los periodistas se relacionan con el resto de los integrantes de la Misión: Manuel Vázquez (“el políglota del grupo”), Francisco Pérez Pérez (de Valencia, “con cuatro hijos, uno de los cuales nació un mes antes de salir él para Vietnam”), Juan Pérez Gómez (“con seis hijos, el más pequeño, Leonardo, con seis años”), Juan Antón Barahona (“que desborda gracia andaluza”), y Joaquín Pas (“soltero y con ‘algo’ de novia en España”).
Leemos de sus necesidades, personales, médicas y como españoles (ésta la habitual en el extranjero): “Necesitamos más información de España, periódicos y libros”, “Hemos mejorado el hospital, pero es insuficiente. Necesitamos más medicinas”, “Hemos venido con lo puesto y una maleta de veinte kilos”, “Necesitamos un cónsul en Saigón. Ahora estamos aislados y dependemos en todo de los americanos”, “Ayer por la noche, de madrugada, recibimos a tres. Como no había luz, hubo que operarlos iluminados por una antorcha que casi incendia el oxígeno”, “El sesenta por ciento de la población son enfermos incurables (…) No damos abasto ni tenemos medios”,…
Pero no se quejan, y motivos, tal vez sí los tuvieran: “No nos quejamos de esta casa sin aire acondicionado, ni del calor, ni del peligro, pues el pueblo está cercado por el Vietcong y las carreteras cortadas”.
“Hasta el heroísmo personal están trabajando los médicos españoles. Y la población los quiere.”
Algo más de tres años después, la Misión sanitaria volvió a ser objeto de un reportaje, en esta ocasión, firmado por Salvador López de la Torre.
“La bandera española, flotando bajo el sol del delta del río Mekong, en el pueblecito de Go Cong, avisa que allí cumple su humanitaria tarea de aliviar de alguna manera el inmenso dolor de este pueblo una representación española compuesta por cuatro médico y siete practicantes de la Sanidad Militar.”
Del reportaje anterior seguían en su puesto el Comandante García Granados y el Capitán Rodríguez González, acompañados ahora por el Capitán Rojas y el Teniente Gálvez, y siete practicantes cuyos nombres no figuran en el reportaje.
“Nuestros médicos tienen excelentes relaciones con la población local, y a la cabecera de un enfermo vemos cómo el Capitán Rodríguez González sostiene una conversación perfectamente normal, en riguroso vietnamita, sin necesidad de refugiarse en la ayuda del francés. (…) Y el enfermo le da las gracias al ‘tay ban nha’, al español.”
Un aspecto que, según parece, caracterizó especialmente a la misión española también se recoge en el reportaje: “Las relaciones que nuestros médicos han tenido con algún paciente vietcong capturado en la zona son, como es natural, exactamente las mismas que con el resto de los enfermos.”
“Nuestros médicos han hecho un esfuerzo meritorio de paciencia y de aplicación para cumplir mejor su misión.”
Y por lo que se ve, la cumplieron y muy bien.
Buscando en internet he localizado referencias a esta Misión en dos foros de temas militares, El Gran Capitán y Mundomilitaria.
Lo que no he conseguido encontrar es noticia alguna relativa al regreso de la Misión sanitiaria y la finalización de sus acciones humanitarias en Vietnam del Sur.
Y como no es algo que deba caer en el olvido, aquí lo traigo.
Créditos:
Imágenes de las noticias publicadas en ABC, tomadas de su hemeroteca en internet.
Fotografías tomadas del foro de Mundomilitaria.
Esa "supuesta" misión humanitaria ¿iba bajo el paraguas benefactor de las Naciones Unidas? Entonces no cuenta.
ResponderEliminarMuy interesante la anotación, no tenía la más remota idea de estas andanzas.
Ahora, lo de que el tema salió en una comida de trabajo... ja, ja, en el MARCA no salen esas cosas.
No tenías que haberte molestado en buscar tanta información. El gobierno ya está preparando un dossier con todos estos datos para la memoria histórica que en breve hará público. Además hay un proyecto de ley para incorporar estos hechos en las asignaturas de Historia en todas las escuelas de España.
ResponderEliminarHe releido varias veces esta entrada, y no lograba entender qué hacía toda esta gente en Albacete. A la tercera vez me he dado cuenta de mi error. ¡La CONCHINCHINA y no CHINCHILLA! Casi me vuelvo loco.
ResponderEliminarLo que me sorprende es que no tengamos noticias de esta expedición hospitalaria, casi en misión de paz, através de M.A.S.H.
Se lo preguntaré a Alan Alda.
(Perdona, pero después de un día de goteras ciclogenésicas necesitaba gastar una broma)
Gavión.
Un motivo más para sentirnos orgullosos. Buen trabajo.
ResponderEliminarLa Conchinchina es como Sebastopol; nadie sabe dónde queda.
ResponderEliminarUn saludo
FUERON, SALVARON VIDAS, SE GANARON A LA GENTE Y CUMPLIERON. GLORIA Y HONOR POR ESTOS HEROES.
ResponderEliminarGloria y Honor Anónimo, y Memoria.
ResponderEliminarUn saludo.
La tal Beatriz, que no pasó desapercibida, era la mujer del propio Luis Mª Anson, Beatriz de Balmaseda. Habían contraído matrimonio poco antes. De hecho, he leído en algún sitio que ahora mismo soy incapaz de recordar que estaban de viaje de luna de miel.
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