El pasado mes de agosto, durante nuestra estancia en Madrid, regresando ya hacia el hotel, cruzamos la calle Ferraz, conocida en la actualidad por ser la sede principal del Partido Socialista Obrero Español. Era la época en que se planteaba el tema de las primarias en Madrid con el lanzamiento de Trinidad Jiménez en competición con Tomás Gómez. El caso es que, supongo que sería coincidencia, pero en la calle Ferraz había un control de la Policía Municipal de Madrid.
Ayer se celebraron en diversas agrupaciones del Partido Socialista Obrero Español, delegaciones, asociados o como tengan decidido organizarse, lo que pomposamente se ha venido en llamar “primarias”. Las más ‘mediáticas’ fueron las realizadas en Madrid en relación con el cabeza de lista para las próximas elecciones autonómicas en dicha Comunidad.
La portada de Público resultaba ser muy sencilla: TG frente a TJ. De esto, y en general, de la inmensa mayoría de los medios de comunicación, podría deducirse que se trataba de elegir entre dos alternativas, si no claramente, sí suficientemente definidas. No puedo decir nada sobre esto, ya que tampoco he seguido con especial interés este ‘enfrentamiento’. Lo único que se me ha ocurrido es una visión literaria del tema: si se nos presentara ahora un a modo de antítesis ortográfico de Juan Ramón Jiménez, tendríamos escrito Jiménez en su otras versión, es decir, Jiménez, y por tanto, la portada de Público quedaría reducida a TG – TG. Es decir, la situación ya queda claramente definida.
Sin embargo, más sencilla ha resultado la portada de Las Provincias de hoy. Como puede observarse, el titular principal y sin opción a perdérselo, pues va acompañado por una enorme foto, es relativo al resultado de Madrid. En un pequeño y discreto recuardo, se puede leer: “El oficialista Joan Calabuig se impone en Valencia”. Hasta aquí, todo en sintonía con los vientos informativos de estos días pasados. El único problema es que el periódico Las Provincias es… de Valencia.
En resumen, ¿quién es este Calabuig, que ni siquiera merece honores de portada? En primer lugar, debo desmentir que tenga algo que ver con el famoso pueblo (en versión castellanizada) de la simpática película titulada Calabuch, dirigida por Luis García Berlanga.
No, no tiene que ver con la película: resulta que se trata de un Diputado del Congreso, elegido por la provincia de Valencia. Y no es alguien que haya estado callado en el Congreso: a fecha de hoy, se recogen 60 intervenciones en esta legislatura. La inmensa mayoría en comparecencias de miembros del Gobierno ante Comisiones, pero incluso ha dirigido preguntas al Gobierno.
“Hoy, como nos decía hace pocas fechas un destacado dirigente de una ONG, no solo no tenemos que avergonzarnos del papel de nuestra cooperación, sino que con el apoyo de todos hemos conseguido situarla entre los países más avanzados. Además contamos con el decidido apoyo ciudadano, ya que los españoles son de los ciudadanos europeos que mayor compromiso expresan con la necesidad de apoyar a los países menos desarrollados y combatir el hambre y la pobreza. (…) Es cierto también que para nosotros los socialistas la solidaridad es un principio esencial que está en lo más hondo de nuestra militancia política y social, es sencillamente por ello que siempre encontrarán a miles de socialistas allá donde haya que contribuir a la acción solidaria, y les aseguro que estamos muy orgullosos de su esfuerzo y de su trabajo. Pero lo que les guía a todos en este campo no es un acto partidista, sino valores de lucha contra la pobreza, de trabajo para acabar con el hambre, para hacer que la cooperación sea cada vez más eficaz, para mejorar la vida de la gente que sufre. Todos ellos merecen el apoyo del conjunto de la sociedad y muy especialmente el de nosotros, los representantes de los ciudadanos. Es muy lamentable que para determinados sectores conservadores, que viven en un permanente Tea party, no haya excepción a la hora de hacer una utilización política y atacar al Gobierno. Es muy grave poner en cuestión el trabajo de las ONG y dudar de un sistema de apoyo público cada vez más riguroso, más transparente, más justo y trabajado desde criterios de consenso.”
Estas cosas, por ejemplo, dijo este señor diputado el pasado 24 de marzo último cuando preguntó al inefable Moratinos acerca de la “Valoración de la implicación y compromiso de las ONG de desarrollo en los objetivos y estrategias de la cooperación española”. Reconozco que no he tenido aún el humor de leer la respuesta del Ministro.
Y más recientemente, el pasado día 28 de septiembre, ha intervenido defendiendo el texto de la “Proposición no de Ley sobre seguridad de los cooperantes en el exterior”. Empezó por el principio: “el motivo que ha impulsado la presentación de esta propuesta ha sido la liberación de los tres españoles secuestrados en Mauritania el 29 de noviembre de 2009, Alicia Gámez, Roque Pascual y Albert Vilalta, estos dos últimos después de haber pasado 267 días en manos de sus secuestradores. Somos conscientes en esta Cámara de los riesgos a que se enfrenta nuestro personal humanitario, nuestras misiones civiles y las de nuestras Fuerzas Armadas en las zonas de conflicto, incluida la labor de determinadas órdenes religiosas que también desde hace muchos años desarrollan sus misiones en lugares donde son muy vulnerables”. También dijo: “Señorías, no podemos estigmatizar el voluntariado, como se ha cuestionado en alguna declaración que se ha recogido recientemente en algunos medios de comunicación pero, eso sí, necesitamos atender situaciones y casos en los que la acción se desarrolle en países de especial riesgo, en los que es imprescindible una adecuada preparación y un buen conocimiento del terreno. La cooperación para el desarrollo exige un grado cada vez más alto de profesionalización”. Sobre el pago del rescate, no he leído que dijera nada.
Como cabe intuir, la mayoría de las intervenciones de este diputado son en relación con cuestiones internacionales de la llamada ‘Cooperación’, y en concreto, en el marco de la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Y este mozo, ahora, parece que considera que ya ha viajado bastante con cargo al bolsillo de los españoles, y quiere hacerlo a partir de mayo sólo con cargo a los vecinos de Valencia ciudad. Vamos, que se quiere presentar a alcalde.
Pues un poco más, y ni siquiera consigue que se enteren en el periódico Las Provincias.
P.D. Reflexionando sobre sus intervenciones en el Congreso, tal vez sí tenga que ver, finalmente, con la película Calabuch.
Créditos:
Fotografía de un control de la Policía Nacional en Valencia.
Portada de Público del día 3 de octubre de 2010.
Portada de Las Provincias del día 4 de octubre de 2010.
Ayer se celebraron en diversas agrupaciones del Partido Socialista Obrero Español, delegaciones, asociados o como tengan decidido organizarse, lo que pomposamente se ha venido en llamar “primarias”. Las más ‘mediáticas’ fueron las realizadas en Madrid en relación con el cabeza de lista para las próximas elecciones autonómicas en dicha Comunidad.
La portada de Público resultaba ser muy sencilla: TG frente a TJ. De esto, y en general, de la inmensa mayoría de los medios de comunicación, podría deducirse que se trataba de elegir entre dos alternativas, si no claramente, sí suficientemente definidas. No puedo decir nada sobre esto, ya que tampoco he seguido con especial interés este ‘enfrentamiento’. Lo único que se me ha ocurrido es una visión literaria del tema: si se nos presentara ahora un a modo de antítesis ortográfico de Juan Ramón Jiménez, tendríamos escrito Jiménez en su otras versión, es decir, Jiménez, y por tanto, la portada de Público quedaría reducida a TG – TG. Es decir, la situación ya queda claramente definida.
Sin embargo, más sencilla ha resultado la portada de Las Provincias de hoy. Como puede observarse, el titular principal y sin opción a perdérselo, pues va acompañado por una enorme foto, es relativo al resultado de Madrid. En un pequeño y discreto recuardo, se puede leer: “El oficialista Joan Calabuig se impone en Valencia”. Hasta aquí, todo en sintonía con los vientos informativos de estos días pasados. El único problema es que el periódico Las Provincias es… de Valencia.
En resumen, ¿quién es este Calabuig, que ni siquiera merece honores de portada? En primer lugar, debo desmentir que tenga algo que ver con el famoso pueblo (en versión castellanizada) de la simpática película titulada Calabuch, dirigida por Luis García Berlanga.
No, no tiene que ver con la película: resulta que se trata de un Diputado del Congreso, elegido por la provincia de Valencia. Y no es alguien que haya estado callado en el Congreso: a fecha de hoy, se recogen 60 intervenciones en esta legislatura. La inmensa mayoría en comparecencias de miembros del Gobierno ante Comisiones, pero incluso ha dirigido preguntas al Gobierno.
“Hoy, como nos decía hace pocas fechas un destacado dirigente de una ONG, no solo no tenemos que avergonzarnos del papel de nuestra cooperación, sino que con el apoyo de todos hemos conseguido situarla entre los países más avanzados. Además contamos con el decidido apoyo ciudadano, ya que los españoles son de los ciudadanos europeos que mayor compromiso expresan con la necesidad de apoyar a los países menos desarrollados y combatir el hambre y la pobreza. (…) Es cierto también que para nosotros los socialistas la solidaridad es un principio esencial que está en lo más hondo de nuestra militancia política y social, es sencillamente por ello que siempre encontrarán a miles de socialistas allá donde haya que contribuir a la acción solidaria, y les aseguro que estamos muy orgullosos de su esfuerzo y de su trabajo. Pero lo que les guía a todos en este campo no es un acto partidista, sino valores de lucha contra la pobreza, de trabajo para acabar con el hambre, para hacer que la cooperación sea cada vez más eficaz, para mejorar la vida de la gente que sufre. Todos ellos merecen el apoyo del conjunto de la sociedad y muy especialmente el de nosotros, los representantes de los ciudadanos. Es muy lamentable que para determinados sectores conservadores, que viven en un permanente Tea party, no haya excepción a la hora de hacer una utilización política y atacar al Gobierno. Es muy grave poner en cuestión el trabajo de las ONG y dudar de un sistema de apoyo público cada vez más riguroso, más transparente, más justo y trabajado desde criterios de consenso.”
Estas cosas, por ejemplo, dijo este señor diputado el pasado 24 de marzo último cuando preguntó al inefable Moratinos acerca de la “Valoración de la implicación y compromiso de las ONG de desarrollo en los objetivos y estrategias de la cooperación española”. Reconozco que no he tenido aún el humor de leer la respuesta del Ministro.
Y más recientemente, el pasado día 28 de septiembre, ha intervenido defendiendo el texto de la “Proposición no de Ley sobre seguridad de los cooperantes en el exterior”. Empezó por el principio: “el motivo que ha impulsado la presentación de esta propuesta ha sido la liberación de los tres españoles secuestrados en Mauritania el 29 de noviembre de 2009, Alicia Gámez, Roque Pascual y Albert Vilalta, estos dos últimos después de haber pasado 267 días en manos de sus secuestradores. Somos conscientes en esta Cámara de los riesgos a que se enfrenta nuestro personal humanitario, nuestras misiones civiles y las de nuestras Fuerzas Armadas en las zonas de conflicto, incluida la labor de determinadas órdenes religiosas que también desde hace muchos años desarrollan sus misiones en lugares donde son muy vulnerables”. También dijo: “Señorías, no podemos estigmatizar el voluntariado, como se ha cuestionado en alguna declaración que se ha recogido recientemente en algunos medios de comunicación pero, eso sí, necesitamos atender situaciones y casos en los que la acción se desarrolle en países de especial riesgo, en los que es imprescindible una adecuada preparación y un buen conocimiento del terreno. La cooperación para el desarrollo exige un grado cada vez más alto de profesionalización”. Sobre el pago del rescate, no he leído que dijera nada.
Como cabe intuir, la mayoría de las intervenciones de este diputado son en relación con cuestiones internacionales de la llamada ‘Cooperación’, y en concreto, en el marco de la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Y este mozo, ahora, parece que considera que ya ha viajado bastante con cargo al bolsillo de los españoles, y quiere hacerlo a partir de mayo sólo con cargo a los vecinos de Valencia ciudad. Vamos, que se quiere presentar a alcalde.
Pues un poco más, y ni siquiera consigue que se enteren en el periódico Las Provincias.
P.D. Reflexionando sobre sus intervenciones en el Congreso, tal vez sí tenga que ver, finalmente, con la película Calabuch.
Créditos:
Fotografía de un control de la Policía Nacional en Valencia.
Portada de Público del día 3 de octubre de 2010.
Portada de Las Provincias del día 4 de octubre de 2010.
Primarias viene de primario, como Gómez o la joya esa de Calabuig.
ResponderEliminarLo dicho, el diputado Calabuig es una joya:
ResponderEliminar“Señorías, no podemos estigmatizar el voluntariado, como se ha cuestionado en alguna declaración que se ha recogido recientemente en algunos medios de comunicación pero, eso sí, necesitamos atender situaciones y casos en los que la acción se desarrolle en países de especial riesgo, en los que es imprescindible una adecuada preparación y un buen conocimiento del terreno. La cooperación para el desarrollo exige un grado cada vez más alto de profesionalización”
Nunca he entendido bien que coño es eso del voluntariado..., y si se presentan voluntarios, ¿porqué se deben profesionalizar?.
Esto de la PSOE en Valencia es una muestra de que la incompetencia vende.
ResponderEliminarDestierran a Rubio a la Dipu, un tío trabajador, y celebran primarias entre Mata y Calabuig. Impresentables ambos dos.
Claro que peor habría sido colocan a Del Río, Soto o González Móstoles, palmeros de Salvem el Cabanyal y otros grupos antisistema. Y ridículos cada vez que hablan.
¿Por qué no repite Carmencita Alborch, otrora fallereta de la King Kong?