jueves, 7 de octubre de 2010

¿Placa-do el olvido?

En Valencia, aunque no le mencione expresamente, existe una calle dedicada a Carlos I, si bien en su faceta de Emperador Carlos V. Dicha calle hace esquina con una calle también dedicada a alguien importante en la historia de España: Don Juan de Austria, su hijo.



Por absurdo que parezca, se ha venido repitiendo hasta ahora (incluso con la participación de reputados historiadores) que Lepanto fue una victoria inútil. Algo en lo que también colaboraron estudiosos franceses como Braudel, que hicieron todo lo posible por desacreditar el esfuerzo de la Santa Liga, en la que Francia no participó por ser aliada del sultán. Aunque es cierto que la flota otomana se recuperó pronto del desastre y que los territorios de Anatolia no se vieron amenazados tras el triunfo naval cristiano, lo cierto es que ya nada fue igual (…).
Si Lepanto hubiera sido un triunfo anglosajón o francés, seguramente sería una de las batallas más celebradas de la historia, y el cine y la imprenta se habrían encargado de recordar su importancia a todo el mundo, pero –como ocurre casi siempre– el complejo de inferioridad histórico español lleva a minusvalorar sus propias victorias hasta extremos ridículos. La desmemoria es garrafal. Don Juan de Austria ni siquiera tiene un monumento o una estatua dignos en España, y lo peor de todo es que a nadie le importa.


Como mejor ejemplo de lo último, precisamente en estas fechas, el pasado viernes día uno, en una de las esquina de la calle Don Juan de Austria, ostentosamente… falta la placa.

Créditos:
Transcripción parcial del capítulo 5 El contraataque, de La guerra del turco. España contra el imperio otomano. El choque de dos gigantes, de Fernando Martínez Laínez, editada por EDAF en junio de 2010.
Placas de las calles Emperador y Don Juan de Austria, en Valencia, y de la no-placa, en octubre de 2010, del autor.
La batalla de Lepanto, de Paolo Veronese, imagen tomada de internet.

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